11.10.04

Entre las góndolas

El márketing es uno de los engendros modernos que más me sorprende. Que el fabricante de un producto gaste inconcebibles sumas de dinero para decir a sus potenciales compradores las ventajas del mismo, es la obviedad hecha desmesura.
En tanto los productos, pongamos por ejemplo un desodorante, existían mucho antes que el márketing se transformara en lo que es en la actualidad, me es dado pensar que todo el dinero empleado en dicha actividad no puede provenir de otro sitio que no sea el producto en cuestión.
Si se continúa con esta línea argumental, la única conclusión posible es que a mayor gasto de publicidad, menor calidad de producto. Esta situación, bien entendida, es algo mucho menos trágico que paradójico.

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