26.2.05

Renuncio

La capacidad de prescindir es un arma tan poderosa, que no concibo cómo alguna vez tuve la inquietud de poseer algo.

Lo que yo quiero no hay

Las oportunidades en las cuales he tenido que adquirir cualquier objeto, he podido observar que el vendedor se coloca de inmediato un peldaño por encima de mi necesidad. El sujeto exhibe una clara sensación de superioridad. El mensaje implícito sería más o menos así: ‘yo tengo lo que vos querés comprar’.
Siguiendo la línea de razonamiento, y espero que tome nota algún economista, es posible que las curvas de oferta y demanda deban ser estudiadas como si se tratara de cualquier otro estado de ánimo.

20.2.05

Poemario

En el cielo las estrellas
en el campo las espinas
y en el medio de mi pecho
un buche de Hepatalgina.


*El autor desea dejar constancia que, el haber bebido tal vez en exceso, anoche, no menoscaba en absoluto el valor de los versos que se detallan en el párrafo precedente. El hecho estético permanece intacto.

La comprensión

El intento por comprender al otro no sólo es inútil, sino que termina por arruinar en el orden de un noventa por ciento las relaciones humanas. En una oportunidad tuve una novia a la que comprendí con sorprendente exactitud en un instante del tiempo. Fue en una noche en que dormíamos juntos. Me miró después de tocarme el hombro, y me dijo: ‘¿Podés cerrar la ventana? Tengo frío’. Debo admitir, tal cual dije, que mi comprensión fue total. Me di vuelta, entonces, y seguí durmiendo.

13.2.05

Vendiendo humo

El psicoanálisis genera una patología tan desagradable como difícil de corregir. El solazarse en la narración de problemas tan personales como nimios, mientras alguien, en este caso el doctor, nos presta una desmedida atención, termina por originar en el paciente un egoísmo extremo, rayano con la megalomanía. El paciente sale de la consulta sin haber solucionado nada; tapa la cuestión de fondo el hinchado ego que lo hace sentirse centro, sino del universo, al menos de algo.
En estos casos, lo mejor es recordar que al salir de la sesión, se debe abonar la consulta. En lo personal, no consigo encontrar mayores diferencias entre abonar una consulta al psicólogo o una visita a una prostituta. Excepto, tal vez, que a la prostituta debe abonársele antes de solicitar el servicio. En esa profesión, mucho más honesta que la de psicólogo, nadie está dispuesto a fingir si no se le abona por adelantado.

12.2.05

Vidas de grandes científicos

Me encuentro a desayunar con mi amigo J.C., que vuelve al país tras haber finalizado un doctorado en economía en Maryland. Le pregunto, ahora que ha terminado sus estudios, a qué piensa dedicarse. Me cuenta que piensa hacer un doctorado en matemáticas, becado, como la vez anterior. En esta oportunidad, sus estudios tendrán lugar en Holanda. Lo felicito por cortesía, y le consulto cuándo se le ha despertado la pasión por las matemáticas. Me responde que no tiene pasión alguna por las ciencias que ha estudiado, ni por las que estudiará en el futuro. ‘Sucede que no existe en el mundo nada que me parezca peor que trabajar’, dice.

5.2.05

El psicoanálisis como un modo más o menos trágico de pasar la tarde

El psicoanálisis es una maniobra distractiva. Tras unas pocas sesiones uno deja de cuestionarse el problema específico que lo atormenta, y pasa a cuestionarse toda su vida. De esta forma, el problema que lo condujo a uno al diván no es solucionado en absoluto, sino que debe patear y morder para pelear su lugar en la fila de problemas descubiertos. Es entonces cuando existe la posibilidad que el problema en cuestión, viéndose desplazado de su protagónico pedestal, se ofenda, se canse, y tal vez se vaya.

En las fiestas hay comida (segunda parte)

Las matemáticas son muy simples. Cuando asisto a una fiesta, la comida debe superar en calidad a la charla.

En las fiestas hay comida

La chica me comentaba su nutrida vida social como un síntoma de distinción.
Es más, me dijo, yo no soporto estar sola ni un segundo.
Le agradezco la franqueza, respondí, porque generalmente es uno mismo quien más se conoce. Si usted no se soporta, yo no debo molestarme ni siquiera en intentarlo.