2.10.04

Entender al enfermo es el primer paso para poder ayudarlo

Está comprobado que la gente que habita en las grandes urbes y cuenta con una ocupación más o menos estable, trabaja unos doscientos cincuenta días al año, aproximadamente. Hay cincuenta y cuatro sábados, lo cual está muy bien. Y cincuenta y cuatro domingos; pero el domingo no cuenta, porque el domingo hasta Dios descansó. Un empleado tradicional suele contar con catorce días corridos de vacaciones. De estos, habría que retirar para el cálculo los días sábados y domingos, por estar dentro de las categorías mencionadas en el párrafo precedente. También están los feriados.
Para resumir en pinceladas gruesas, la gente con empleo fijo trabaja unos doscientos cincuenta días al año. El cociente, forzando las matemáticas, arroja unos dos tercios.
La gente empleada, entonces, debiera ser considerada como cualquier otro grupo de minusválidos severos, físicos o mentales, con apenas un tercio de sus capacidades disponibles.



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