26.12.07

Ladran, Sancho

A la vuelta de mi casa vive un perro que me odia. Cada vez que paso frente a él, se desespera, se subleva de una manera animal y única, es desbordado por un odio que lo enloquece.
El perro, atado a un poste, tensa la correa al límite de la propia asfixia, sus ojos podrían desprenderse de su rostro y rodar por la vereda, sus ladridos se apaciguan pura y exclusivamente cuando sobreviene la falta de oxígeno, sus dientes juran que mis pantorrillas jamás estarán a salvo sobre la faz de la tierra, su baba espesa quema las baldosas de la vereda como un ácido.
Aún cuando ya he seguido mi camino, aún cuando me he alejado mis buenos treinta y cinco metros, el perro continúa luchando por atacarme, por morderme, por terminar con mi absurda existencia.
−No entiendo qué le pasa –me dice una mujer que baldea la vereda, presumiblemente la dueña del animal−. Jamás lo había visto ponerse así, nunca, ni con un gato.
Reflexiono sobre la situación, el odio del animal, las palabras de la mujer.
Sólo me queda aceptar que ese perro me conoce, que sabe de mí, que sabe cosas.

4 comentarios:

La condesa sangrienta dijo...

El perro sabe que, en realidad, usté es un gato.

Roedor dijo...

"se subleva de una manera animal"... un perro.

Que no llegue el día en que uno de esos ejemplares se retobe "de una manera humana" porque me agarra el chucho.

Muy bueno, es lo que yo digo, a usted lo elogian por las razones equivocadas, vea.

A veces no sé si lo hace adrede o qué.

Geoffrey Firmin dijo...

¿Qué raza era el cuzquito?

J. Hundred dijo...

*condesa!
*roedor! hace poco vi por televisión un reportaje a Onetti. era un extenso reportaje que le hizo la televisión española, hará unos treinta años. en el reportaje, Onetti estaba vivo. después de recorrer su obra, contar algún pormenor, alguna anécdota, el entrevistador da por terminado el reportaje, y le dice algo como que espera volver a verlo con la publicación de su próximo libro, le agradece que esté viviendo en españa, alguna que otra generalidad.
responde Onetti: ‘yo le agradezco a usted por haber perdido su tiempo así conmigo’.
*geoffrey firmin! era un rottweiler gti, 2.0, de un negro flamante.