3.5.08

Antídoto

canillas que gotean.
encendedores que no encienden.
medias agujereadas.
ascensores desobedientes.
semáforos amarillos de tanta nicotina.
vecinos y peatones,
caras sin una sola expresión.
perros que renguean
para siempre perdidos
mientras sueñan con un paraíso
donde las nubes son churrascos.

mañanas en las que vislumbro
el soberano poder de tu sonrisa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bello...
¿Vale decir gracias aunque no sea mio?

Roedor dijo...

Pensamiento jodido y al pedo: con toda esa parva de irregularidades, no vale acordarse justo ahí de la quía, no sé si me explico.

Esha sabrá, de todos modos...

J. Hundred dijo...

*

*roedor! lo que usted me quiere decir es que el poema es flojito. y sí, tiene razón. si yo fuera ferlinghetti no estaría atendiendo este kiosco, mi viejo. ahora, usted me va a saber disculpar, pero yo leo el poema y tiene toda la onda. debe ser que me tomé cariño, no sé, creo que un tipo como yo me caería bárbaro. me admiro, me lo quería decir desde hace mucho tiempo y no me animaba.

Roedor dijo...

No, John100, no me expliqué bien. El poema en realidad me parece bastante bueno. La que creo que está desmerecida es la del turbio objeto del deseo, que reluce como brishante ante tanta opacidad y desesperación.