21.5.08

Sanador

Existe una técnica de sanación, una técnica curativa, no tradicional por cierto, basada tal vez en las profundidades de la fe y en el poder de quien la ejerce, llamada, la técnica, ‘imposición de manos’.
Créase o no, porque está permitido dudar, porque están quienes la consideran a la altura de cualquier otra superchería, existen numerosos casos en la historia de sujetos, individuos con ese poder, esa capacidad, la cual, una vez llevada adelante alguna suerte de contrastación empírica y corrida la voz, transformaba al sujeto practicante, lo elevaba a la categoría de semidios.
Entonces el sujeto pierde el control de su reputación, la misma se derrama como un bendito líquido y los enfermos, los que sufren, acuden a él en busca de alguna esperanza, de algún alivio.
Lo que te haya contrariado, tal vez, lo que te haya provocado cierto resquemor, es que la dolencia que te aqueja se encuentra ubicada en las honduras de tu mente, en tu cabeza. Y yo he comenzado, sin dilaciones, el trabajo, la cura, la imposición de manos, por tu culo.

8 comentarios:

Geoffrey Firmin dijo...

Vaya, estimado Juan, por algún detalle visto por aquí yo lo hacía un hombre de tetas. Y usted empieza la curación por el culo...Mal observador resulté.
Abrazo cordial!

La condesa sangrienta dijo...

Geoffrey, creo que nuestro sanador aplica una terapia alternativa: va alternando culos, tetas, tetas, culos.

Caia dijo...

Seguramente el sanador aplicará sus métodos con la delizadeza que lo caracteriza..

yo dijo...

iba a comentar algo pero seré mas discreta y me lo guardaré...
muy buenos los textos, terminan en el lugar menos imaginado....
saludos!:)

Anónimo dijo...

Supongo que mientras los acólitos del sanador comentamos acerca de sus preferencias metódológicas, el sujeto en cuestión ha de estar plácidamente sentado leyendo un buen libro y masticando heroicamente un pedazo de fugazzetta ajeno a nuestras disquisiciones.

J. Hundred dijo...

*camarada firmin! recurre usted, en mi opinión, a un reduccionismo exacerbado. queda usted, y es comprensible, aturdido en lo superficial. existen patologías de lo más variadas, y se intenta, despojado de cualquier dogma, que el paciente alcance alguna suerte de bienestar y alivio. se hace, ejem, lo que se crea necesario.

*condesa! no puedo dejar de sorprenderme por su intuitiva idoneidad en la materia. en cualquier caso me parece importante remarcar que tal vez el paciente, preso de la aflicción que lo atormenta, experimente en el caso que nos ocupa que se le está tocando, con frenesí, el culo, cuando, en realidad, se le está manoseando toda la Gestalt.

*lau! quizás no saber cómo terminan, los textos, ni los tratamientos, sea parte no de la cura, sí del encanto.

La condesa sangrienta dijo...

Lo mío conjuga intuitiva idoneidad y praxis, Juan.

J. Hundred dijo...

*condesa! bendita tú eres entre todas las praxis.