28.3.07

Palomas frías

Hoy a la mañana, mientras me dirigía al trabajo, a mi cotidiano y particular via crucis, vi una paloma muerta. Yacía de costado sobre la mugrienta vereda, las patas recogidas. Todo era gris; del cielo a la paloma. Un mundo monocromo, incapaz de inventar un color.
Me agaché y la toqué, no lo pensé, no pude evitarlo. Estaba tan fría.
Me puse de pie y seguí caminando, vacío de contenido, como un recipiente que, en un ataque de osadía, se permite dudar de su propia utilidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Escribis tan bello que no importa, pero supongo que si la anécdota fuera cierta merecerías un beso tierno por personita sensible y si la anécdota no lo fuera merecerías dos besos por tu vuelo creativo

Anónimo dijo...

mi abuela decía: 'no somos nada'