17.3.07

Débil

Debo agradecer, ahora que lo pienso, a todas las mujeres que han tenido la cortesía de abandonarme.
O tal vez baste con agradecer a esa nimia confusión, ese desfase temporal. Ese creer que se tiene lo que se merece o mejor aún, mucho menos de lo que se merece. Esa dulce ingenuidad de creer que se debe hacer piso en lo que se tiene y continuar. Que la magia prestada es derecho adquirido. Que se está para más.
Debo agradecer, entonces, repito, a todas esas mujeres que supieron sobreponerse a la duda y a la piedad. Porque yo, mal que me pese, soy débil, me encariño; una vez que he abrazado a alguien no podré evitar las ganas de volverla a abrazar. Es un defecto de mi persona; no lo puedo evitar.
Y me hubiera quedado con cualquiera, con cualquier rata piojosa que hubiera decidido no irse, tan sólo no irse, quedarse conmigo. Es la verdad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por favor ¿Cual es la dirección a la que podemos escribir las ratas piojosas para llenar la solicitud?

Atte.
Mariel