9.9.06

Despedida

Asisto a una despedida de soltero.
El sujeto en cuestión, el que se despide, intenta fornicar con mujeres que ejercen el sexo rentado; con animales domésticos, con personas de sexualidad difusa.
El sujeto en cuestión procede a la ingesta de estupefacientes diversos, que cualquier adolescente sabe incompatibles.
El sujeto en cuestión llora, grita, ríe. Intenta tomarse a golpes de puño con un semáforo, en medio de una general algarabía.
El pensamiento que acaricia mi mente es que, excluyendo desde ya el homicidio, la violación, y el secuestro extorsivo, una amplia gama de conductas tipificadas como delictivas, debieran estar sancionadas tal vez, no con la cárcel, sino con el matrimonio.

1 comentario:

Bugman dijo...

Pues a usted lo invitan a despedidas de soltero de lo más entretenidas.
Cuando me case le voy a pedir a sus amigos que me organicen una.