Si durante un viaje en subterráneo se cierran los ojos, se tendrá oportunidad de escuchar una ensalada de conversaciones donde alguien, no importa quién, le cuenta a alguien, no importa quién, porqué está ahí pero no debería estar ahí, porqué estuvo a punto de hacer algo maravilloso, un golpe de suerte, un negocio, algo que cambiaría su vida por completo y para siempre. Porqué le falta recibir una mercadería, encontrarse con una persona, hacer un llamado telefónico, y entonces ya no lo veremos en esa situación, no lo veremos en el subterráneo, nunca más.
Las prostitutas, mientras fuman un amargo cigarrillo entre cliente y cliente, mantienen conversaciones parecidas.
Los que trotan en los parques, le dicen a su ocasional acompañante que se trata solamente de dejar la mayonesa, tomar menos coca cola, o comer una mandarina en el desayuno, y entonces sí, sus cuerpos cambiarán definitivamente.
Me pregunto qué sería de nosotros si no pudiéramos hablar de lo que no salió nunca, de lo que nos salió mal.
Las prostitutas, mientras fuman un amargo cigarrillo entre cliente y cliente, mantienen conversaciones parecidas.
Los que trotan en los parques, le dicen a su ocasional acompañante que se trata solamente de dejar la mayonesa, tomar menos coca cola, o comer una mandarina en el desayuno, y entonces sí, sus cuerpos cambiarán definitivamente.
Me pregunto qué sería de nosotros si no pudiéramos hablar de lo que no salió nunca, de lo que nos salió mal.
5 comentarios:
Si ese negocio genial alguna vez llegara a concretarse, este sería un mundo de triunfadores, y el subterráneo por fin sería solo mío.
Un saludo.
Tengo la respuesta, pero como formularla no me salió mal no te lo puedo decir ;)
Muy bueno leerte.
Por lo pronto la misma razón de ser de este blog desaparecería.
*yoni bigud! nos veremos en el subte cuando eso suceda.
*blondie! qué bueno saber de usted, blondie. notará entonces, no se le escapa, que mis palabras son, precisamente, porque es la primera vez que me visita, porque no nos conocemos. acepte un respetuoso saludo, y sepa perdonar mi ingobernable deseo de parecer, ante sus ojos, provisto de algún ingenio.
*caballero de la mismísima luna! usted generaliza, y mientras generaliza simplifica, y mientras simplifica molesta, y mientras molesta ofende, y mientras ofende hace daño. y mientras generaliza, mientras simplifica, mientras molesta, mientras ofende, mientras hace daño, es altamente probable que tenga razón.
por eso prefiero el silencio.
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