15.10.08

Sobre mí

Cuando se conoce a una persona del sexo opuesto, por lo general, en ese extraño y particular aleteo que se ha dado en llamar ‘seducción’, se procede a realizar un despliegue de capacidades impostadas, una exhibición de catálogo de prodigios, como un hábil prestidigitador que derrama los naipes sobre la mesa, de una manera tan elocuente como eficaz, aprontándose para la fantasía.
En mi caso particular, sin excepción, sin esfuerzo, me preocupo en alumbrar con un impiadoso foco lo peor de mí. La bestia que soy, el monstruo que me habita, el menú de barbaridades de las cuales, lo lamento, soy capaz.
Para entonces, poco tiempo después, cuando todo fracasa, cuando aflora el rencor, el odio puro como una piedra, la indómita sensación de haber desperdiciado el tiempo de una manera absurda con tan despreciable y porqué no ridículo animal, hay algo más fuerte y más alto que se impone por encima del profundo desprecio hacia la maldita alimaña que tienen enfrente.
Es la vergüenza de haberlo sabido todo, desde el vamos.

3 comentarios:

Bugman dijo...

Su estrategia tiene mérito. Si por alguna de esos deslizamientos cósmicos usted en algún momento tiene un detalle amable, un gesto de dulzura, un acto de consideración, resaltará tanto sobre el oscuro fondo que ha montado que la encandilará con su brillo. Y todo por el precio de un alfajor.

Yoni Bigud dijo...

Usted es un ser ladino y falaz. Un individuo a imitar.

J. Hundred dijo...

*bugman! no confunda vértigo con velocidad, dijo césar luis.

*yoni bigud! usted me ofende. usted me agrede. debo recordarle entonces, que ser ofendido y agredido es para mi lo cotidiano, lo normal.