15.8.08

Tristeza de rottweiler

Hay en mi barrio un rottweiler que tiene un problema. Es un rottweiler bueno, es un rottweiler que quiere afecto. Pero en cuanto pone una pata en la calle, comienzan las complicaciones. Las señoras con sus bolsas repletas de naranjas y acelga gritan, se quejan, reclaman correas y bozales, algo de protección ante la bestia. Los otros perros muestran los dientes, intentando vender cara la inevitable derrota, o se limitan a darse vuelta y exhibir el ano, en la más plena de las sumisiones. Pero nadie le ladra, nadie quiere olfatearlo a él. Y todas las caricias son para los cockers y los caniches y los pekineses, para perros sin su personalidad ni sus sentimientos, perros que parecen destinados a recibir afecto por el tamaño de sus orejas o su mirada bobalicona, perros que no deberán esforzarse jamás para ser alzados, para recibir palmadas en el lomo, pellizcos en un cachete.
Hay un rottweiler en mi barrio que baja a la calle con su expresión tristona y su andar cansino, porque sabe que todos se asustarán de él, un rottweiler que comprende como nadie aquello que le dijeron a Marilyn Monroe alguna vez, sobre que su belleza era demasiado específica y eso la limitaba para otro tipo de papeles (que la gente se calentaba con sus curvas, que no podía hacer de madre o de tía en una película, que no insistiera).
Y el rottweiler de mi barrio cada tanto muerde, muestra los dientes, amenaza con causar una tragedia, pero lo hace sin convicción, simplemente porque sabe que eso es exactamente lo que se espera que haga.
Esta mañana cuando me lo crucé, no pude resistir la tentación de acariciarlo, y pareció por un instante que iba a arrancarme el brazo de un mordisco. Después giró la cabeza, para que no lo viera llorar.

8 comentarios:

El Caballero de la luna dijo...

Tuve un Dobermann que sufría de la misma discriminación. ¿Y quién no ha cumplido el rol que nos asignan por aspecto, origen, estilo o ideas? Bah, eso no importa: la historia se sostiene sin moraleja o parábola. Muy buen escrito.

medicamentoso dijo...

usted ¿también ladra y llora?

Yoni Bigud dijo...

Usted es un poeta, y no por eso deja de tomar sus riesgos. Unas lágrimas oportunas no son poco premio.

Un saludo,

Anónimo dijo...

USTED es un dulce rottweiler aunque ladre y muerda o olfatee cachorras puddles y yorshires.

Atte
Mar

La condesa sangrienta dijo...

Mi perra, pobre, es de una raza desacreditada y ya nadie le cree.
¡maldita policía!

Geoffrey Firmin dijo...

El destino fatal del feo y bueno. Menos mal que uno es lindo y malo.
Saludos!

Caia dijo...

No mucho más que aportar que el resto.. quién no ha tenido ganas de acariciar, pero por temor o prejuicios no la he hecho.. bien que se haya animado. Me puso sensible, don.. no es el mejor día para leer este texto.

J. Hundred dijo...

*! lentamente nos ponemos de pie, y nos preparamos para entonar knockin’ on heaven’s door, versión dylan, unplugged, desafinando con energía, a los gritos si es posible. arranco yo, canten conmigo, sin vergüenza, un dos tres, va: mama take this badge off of me, I can’t use it, anymore. it’s gettin’ dark, too dark to see..
o copiar y pegar. y escuchar. hagamos lo que podamos, está muy bien igual.
http://www.youtube.com/watch?v=efD7daXA8Cg