24.4.08

Última pizza

Volví al barrio donde había nacido. Volví al bar, al viejo bar, modificado por algún decorador imbécil, de esos que creen que la luz dicroica es sinónimo de progreso. Cuanto más luz, más progreso.
Llamé al mozo y le pedí que me trajera una pizza, grande, de muzzarella, doble queso, y cerveza de tres cuartos, y una porción de fainá.
Tardó un poco. Aproveché para mirar por la ventana, casi seguro que, de un momento a otro, me vería pasar con mi frente demasiado amplia y la preocupación que sólo se puede tener en la adolescencia. La preocupación de no encontrar el motivo específico de preocupación y aún así saber que algo importante se está escapando de las propias manos. Intuición de la fugacidad, llámenlo como quieran.
Llegó la pizza, brillante y caliente, como un sol.
Levanté la pizza con ambas palmas, despegándola del plato de madera con cuidado, el queso quemaba y chorreaba y volvía a quemar.
Entonces, con un diestro movimiento jamás ensayado, hice girar, un rápido medio giro, un instante, la pizza, en el aire, dando vuelta a través de un imaginario eje vertical, para que el piso de la pizza, por decirlo de alguna forma, quede apuntando al techo del bar, y el techo de la pizza, la parte cubierta, quede mirando al piso. Y me la planté en la cabeza. Caía el queso, quemaba de verdad. Y yo, con las manos ya libres, hice presión desde los costados de la pizza, contra mi cabeza, como si fuera una capucha y al cabo de la maniobra yo mismo fuera a emerger del otro lado.
Me quedé así, refugiado bajo la pizza, sin gritar, sin pensamientos. Porque sabía que no iba a volver al barrio donde había nacido nunca más. Y me quería llevar la adolescencia, la magia, todo lo que valiera la pena recordar.

6 comentarios:

Roedor dijo...

Holy shit.

Anónimo dijo...

Si quiere le limpio el queso y le hago un mimo, pero así, desde lejos...

La condesa sangrienta dijo...

Intuición de fugacidad o visión de futuro. Justifican la preocupación del adolescente.

Geoffrey Firmin dijo...

Algo drástico, estimado Juan, pero si se llevó lo que fue a buscar...París bien vale una pizza!
Abrazo cordial.

J. Hundred dijo...

*roedor! yo no sé si su expresión es de sorpresa ante mi tremendo talento, si es de repudio por motivos en los que temo ahondar, o si pasaba por acá y está haciendo tiempo hasta que venga michael jackson a dar un recital a la argentina. en cualquier caso lo saludo con una ratonil reverencia.

*anónima! promesas, promesas. escríbame por línea privada, colocando en el campo ‘subject’ la siguiente inscripción: deseo acariciar un chancho pecarí.

*condesa! la intuición de la fugacidad es en mi parecer una desesperación que te rasguña el alma. la visión de futuro es un malestar de saber que vas a estar en una fiesta donde no te vas a divertir. la preocupación es un virus que va mutando. y tu cuñado es un triste (eso va de yapa, de oráculo de furgoneta, considérelo una ‘bola extra’).

*geoffrey firmin! cuando alguien tiene, por ejemplo, flequillo, cuando alguien sabe, por ejemplo, tocar el violín, ni me molesto en envidiarlo, tan alejado está de mis posibilidades. pero cuando alguien es ingenioso, hay veces que me rompe las pelotas. siento que yo podría haber dicho algo parecido, perfectamente.

Anónimo dijo...

Hace poco más de un año cerraron mi pizzería favorita por refacciones. I felt happy at that moment, thinking que iban a poner el place mas lindo, aunque ya lo era, cosa que me extrañó, el lugar estaba realmente muy bueno y siempre había gente.
Las pizzas de allí era sublimes. La cosa comenzó a dilatarse (las refacciones, digo..) y comenzé a impacientarme.. Las demás que pedía al delibery, ninguna le llegaba a los talones. Con resignación, decidí comprar prepizza en la panadería, la cual resultó por demás interesante. Con quesito, jamón, huevo picadito, tomatitos cherry y las infaltables aceitunas ah! por supuesto rociadita con orégano son la delicia del pata de lana de turno (y si.. no van a pretender que encima cocine...). Justo en estos días parece que las refacciones en Alcalá están terminando... mmm veremos, ese lugar me recuerda a alguien, así que creo seguiré con mis pizzas caseras. Me dió hambre, hora de unos mates.