18.4.08

El especialista

Lo normal es descubrir, salvo magníficas excepciones, gente con la vocación del tamaño de un tractor, o gente con talentos no tradicionales como el ajedrez o el violín, lo normal es descubrir, entonces, a los treinta años, cuando se cumplen treinta años, por poner un número, meses más, meses menos, se descubre con sorpresa, con estupor, con asombro, con una tristeza que parece brotar de una baldosa que uno es incapaz de recordar haber pisado, se descubre que uno jamás será lo que quiso ser, que el sueño infantil, cualquiera sea, ha estallado como un frasco de mermelada contra el pavimento y ya está, uno se queda mirando el enchastre del hecho consumado.
Tal vez me explayé en exceso. Tal vez hice abuso de detalle. Sucede que lo mismo me ha pasado a mí, a los once años. Es un dolor y uno consigue acostumbrarse, como a cualquier otro dolor.
No dejes que te mate de un susto tu propio fracaso.

5 comentarios:

La condesa sangrienta dijo...

No sé qué es más triste, si sentirse fracasado a los 11 o romper el frasco de la mermelada a los 30 y quedarse mirando.

J. Hundred dijo...

*condesa! difícil decir qué es más triste. le agrego una tristeza igual de intensa, para la terna. sacar los rigatoni recién hervidos, colarlos, ponerlos en un plato, echar oliva, pimienta, abrir la heladera, y, chachán chachán, descubrir que se acabó el queso rallado.
si tiene tiempo, si no le incomoda, si puede, si quiere, le pido una cosa, condesa. pregúnteme, pero como cosa suya, así al pasar, pregúnteme de qué gusto sería la mermelada, la mermelada del frasco, la mermelada del frasco que estalla contra el pavimento, a los 30.

La condesa sangrienta dijo...

¡Triste la vida del hombre sin queso rallado y sin mermelada!
Pregunto ¿acaso la mermelada era de bajas calorías sabor zanahoria?

J. Hundred dijo...

*qué buena pregunta, condesa, me toma usted de sorpresa. se trata apenas de una muestra más de su originalidad e ingenio. son cosas como esas, entre tantas, las que hacen que la quiera y admire. son cosas que a mí jamás se me ocurrirían.

La condesa sangrienta dijo...

Podrá usté estrellar la mermelada pero no hay quien lo iguale cuando reparte dulce de leche, dulce de membrillo o dulces piropos...
;0)