7.1.06

La piedra

Me regalaron una piedra traída de un lugar indómito. Me dicen que debo colocar la piedra en un recipiente con agua y sal, durante todo un día. Debe darle el sol y la luna. Luego, puedo retirar la piedra del recipiente, y colocarla en algún lugar de mi hogar. La piedra tiene poderes. La piedra está energizada. La piedra se encargará del resto.
Sigo el procedimiento al pie de la letra.
A partir de entonces, de manera misteriosa, todo sale mal. Piso baldosas flojas y me salpico mis zapatos. Mi novia me dice que después de hablarlo durante mucho tiempo con su analista, ha descubierto que me odia. Las empanadas que pido para cenar llegan frías. Se rompe la cadena del baño. Alguien parece haberse pasado la noche martillando la parte delantera de mi automóvil.
Pienso qué debe sentir alguien que ha ido a misa, pongamos durante unos diez años, mientras un circunspecto médico lee unos análisis y le anuncia, por ejemplo, un cáncer.
Pienso que no existe un ranking de tragedias, así como no existe un ranking de imposibles. Pienso que para mí está igual de lejos el mar Egeo que Marte.
Pienso qué hacer con la piedra que me regalaron.

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