30.9.12

Por tu bien


         Si vinieras a mi casa, aunque no, no hay manera que vengas a mi casa, si venís a mi casa tenés que coger conmigo, no importa de qué querés hablar, cómo te sentís, tampoco importa demasiado qué te pasa. Si no vas a coger conmigo ni te molestes en venir, mandame un mail. Ah, no tenés la dirección, la dirección de mi mail. Bueno, mandame un mail que te la digo.
         Pero si vinieras a mi casa, al lugar donde vivo, sucede algo. La azucarera y el salero han sido llenados con una mezcla, la misma mezcla, te explico.
         Compro un kilo de sal, y un kilo de azúcar, y los mezclo, mitad y mitad. Los pongo en una ensaladera y revuelvo un rato largo con una cuchara de madera. Después lo paso a otro recipiente, colándolo, y después lo vuelvo a pasar al primer recipiente, colándolo otra vez. Así queda todo bien mezclado.
         Con esa mezcla relleno la azucarera, el salero también.
         La idea es que si venís a mi casa y le ponés azúcar al café, o sal a los fideos, vas a notar algo. Una ligera incomodidad, algo que de algún modo te dificultará disfrutar lo que estés comiendo o tomando.
         Sucede que estar conmigo, mi sola presencia, escucharme decir un par de inconexas frases o reír, verme encender un cigarrillo, bueno, es una experiencia de míticos ribetes. Algo mágico.
         Y yo necesito asegurarme que te vayas.

7 comentarios:

Yoni Bigud dijo...

ntSucede que siempre aparece alguien que primero coge (tal y como es requerido) y luego tolera las mezclas más inconcebibles. Eso plantea un desafío que uno no siempre está en condiciones de afrontar. La vida tiene esas cosas, no sé si por fortuna o por desgracia.

En otro orden de cosas, últimamente las circunstancias me han conducido a leer sus artículos de a varios juntos, cada mes, mes y medio. Una suerte de sobredosis, si se me permite la expresión. Una experiencia límite, como toda sobredosis, pero altamente satisfactoria mientras se la transita. No puedo más que felicitarlo y admirar en relativo silencio los curiosos dibujos de sus senderos mentales.

En fin, con más o menos vueltas quería decirle, contarle, expresarle, que yo siempre vengo a su casa, que tolero todas las mezclas. Pero de coger ni hablar.


Un saludo.

J. Hundred dijo...

*yoni bigud! algunas personas que visitan este precario espacio consideran que soy un genio de nuestro tiempo. otros, la mayoría, están convencidos que soy apenas un pelotudo del montón. las probabilidades en contra, siempre en contra, como en cualquier otro orden de la vida. situación que, bien mirada, no deja de ser entretenida. lo saludo con afecto.

Dany dijo...

Ud, Bigud y yo deberíamos tomarnos unos whiskys...sin sal...sin azúcar...
y sin coger.
El otro día tiraba ud. un laphroaig....no se si a modo de recomendación.

Abrazo!

Jes dijo...

Agridulce no es una mezcla tan inconcebible.
El título resulta ser salado, el texto azucarado.
Parece una provocación. Es una sincera invitación.
Da mucho misterio. Desde Sandro que no escucho algo igual. Lo imagino inalcanzable tras un paredón en bata.
Y por favor no interprete que me quiero quedar en su casa, que quiero coger con usted, ni le tiraría un calzón, es más no uso sal, ni azucar con las comidas.
Tampoco lo tomaría por genio o pelotudo y no le voy a decir histérico porque no tengo autoridad para decir algo semejante. Simplemente se le dio por escribir y realmente lo hizo muy bien. A mi manera de saber, claro, con el sabor original.

Saludos y gracias.

J. Hundred dijo...

*dany! he estado en algunas reuniones donde puedo recordar, con prístina claridad, lo que tomé, y he olvidado casi por completo quiénes estaban presentes, de qué se habló. el delicado asunto de las prioridades. 1abrazo.

*anexas varias! tus labios de rubí, de rojo carmesí.. la saludo.

Jirafa Extranjera dijo...

comentario asi, al paso: a esa gente que quiero que venga a coger a casa, que no me diga ni hola, y que se vaya, si es posible, abrochandose los botones del jean, las denomino "trámites". No importa nada de sus vidas, solo que rinda uno o dos rounds.
El café y los fideos, dulces o salados, ya son otro tema.

Excelente opcion leer Su blog en horario laboral, genera tópicos para las charlas. Saludos.

J. Hundred dijo...

*jirafa extranjera! si se fija bien, si presta atención, usted menciona que lee ‘mi blog’, en ‘horario laboral’, y de esa forma, quizás con el secreto anhelo de ofenderme, me transforma en un literario trámite, algo, por decirlo de algún modo, muy menor. de seguro en su ‘trabajo’ hay gente que twittea dos o tres giladas mientras defecan, para de esa forma sentir que en verdad son gente interesante, a la que no paran de sucederles cosas todavía más interesantes, sí claro, en qué otro lugar, en la vida. somos víctimas de una sociedad enferma (la verdad es que siempre quise usar esa frase, lo demás no tiene mayor importancia). la saludo.