5.5.10

El piolín de la alegría

Existe un piolín, un piolín con un extremo atado a un ganchito que hay en la coronilla, en el techo de la cabeza, por dentro del cuerpo, el punto más alto de la cabeza del mamífero mediano que se ha dado en llamar ser humano, también llamado persona, con independencia de su edad, su raza, o su religión.
Y ese piolín, que en la mayoría de los casos es verde pero también a veces puede ser azul, nace junto con el ser humano que habita. Y crece, el piolín, junto con el humano. Crece hasta alcanzar una longitud por encima de un metro, y por debajo de dos. Y ese piolín, que no jode para nada, que prácticamente no existe para la medicina occidental, porque no se ve, es el piolín de la alegría.
El asunto se pone complejo, yo no diría complicado, porque el piolín tiene un extremo libre. Y ese extremo se engancha, el extremo libre, la punta que no está atada a la cabeza, se engancha, dentro del cuerpo desde ya. Y dónde se engancha depende de la alimentación, de la postura en que dormís, de si corriste una vez para llegar al colegio, y así, cada piolín es un caso diferente, el piolín es un mundo, podríamos decir.
Si el piolín se te engancha en una oreja, por ejemplo, entonces lo que te dará alegría será escuchar música. Si el piolín se te engancha en el ombligo, entonces te producirá alegría comer. Si el piolín se te engancha en la mano, en los dedos de una mano, entonces es posible que te de alegría tocar el piano, o escribir.
No tiene nada que ver con la personalidad, mucho menos con la voluntad, es el piolín de la alegría el que te dicta precisamente dónde estará la alegría para vos. Podés ir al psicólogo mil años, o ponerte a dieta, o casarte con una mujer que sepa hacer fantásticos bizcochuelos. Finalmente se impondrá el piolín de la alegría y eso es lo que decidirá si podés estar alegre, o no.
También puede pasar, como con cualquier mecanismo, porque hiciste la vertical o fornicaste en una posición atípica, que el piolín de la alegría se te suelte, por ejemplo, de un pie, y se amarre, también por ejemplo, a tu nariz. Y vos descubrís un lunes que ya no querés correr maratones nunca más, que no querés correr ni el colectivo, y que en cambio oler una rosa te hace sonreír. O puede que el piolín se te suelte de un huevo y quede atado a un ojo, y vos decidas que coger ya no es tan importante, y que un curso de fotografía es lo único que te cambiará la vida. Nadie entenderá qué te sucede, el por qué de tu cambio, qué fue lo que pasó. No pasó nada, es el piolín.
También, puede suceder, es igual de probable, que el piolín de la alegría se corte. Es un piolín muy delgado y frágil, y en la vida siempre tenés algunos tirones. Si eso sucede, si eso pasa, entonces no te reís más. Ahí sí que cagaste.

11 comentarios:

LeO dijo...

Intento moverme de manera brusca, con el firme objetivo de que el extremo libre del piolín, hoy unido al nervio óptico, se me enganche al escroto. En ese momento, trataré de vivir en una caja de cristal para evitar desamarramientos.

Jazmin dijo...

Ni bien leí el título, me alegré porque pensé que el piolín al que se refería... bueno, no importa. El hecho es que, luego de la desilusión inicial, recuperé la alegría. Me resulta evidente a todas luces que el extremo de mi piolín es bífido.
Y no voy a considerar ninguna otra explicación de mi accionar. Una vez que una teoría me va como anillo al dedo...

Maica dijo...

Una teoría maravillosa... ahora me explico porque me produce tanta felicidad rascarme el ombligo...

Yoni Bigud dijo...

En mi caso, el bendito piolín se encuentra enganchado al plexo solar. Me lo dijo el homeópata, muy suelto de cuerpo.

Esta circunstancia -tan particular ella- es la que determina que mi alegría llegue casi siempre en forma de expresión nerviosa, inquieta. Lo bueno es que abarca muchos campos diferentes.

Un saludo.

Coffee dijo...

Y el piolin puede dividirse en pequeños piolines que se enganchen de varios lados, haciendo que varias cosas me hagan feliz pero tampoco taaanto?

Lara dijo...

Mi piolín se cortó varias veces, varias veces dije : cagué. Pero se vuelve a generar, como la cola de la lagartija...y sencillamente vuelvo a sentir alegría por vaya a saber que cosa se le ocurra al piolín rozar esta nueva vez. Me gustó mucho este escrito. Un saludo

J. Hundred dijo...

*leO! el procedimiento que usted describe se asemeja bastante a la masturbación, lo cual no deja de ser una experiencia satisfactoria. prosiga.

*jazmin! usted parece confundir, es de lo más natural por otra parte, el piolín, con la soga. respecto a dónde enganchan exactamente los bífidos extremos a los cuales hace referencia, no, no pienso preguntar nada de eso. creo que usted se muere de ganas de contarlo.

*maica! su ombligo debiera calificar, no tengo dudas sino anhelos, entre las maravillas del mundo.

*yoni bigud! lo que probablemente le quiso decir el homeópata, desde el enigmático pedestal de las medicinas alternativas, es que la mayoría de las veces usted no para de romper las pelotas. un saludo.

*coffee! con lo que a mí me cuesta balbucear una precaria idea, enarbolar un frágil argumento, y usted viene así como así, y me patea el piolincito a la remierda.

*lara! usted, como al pasar, nos acerca algo que por lo general falta en estas mustias playas. en esta oportunidad usted nos trae la lagartija de la esperanza.

Matias dijo...

Muy interesante. Me gustaria saber la diferencia que existe entre portadores de piolines azules y verdes.
Saludos

J. Hundred dijo...

*matías! pensé que el delicado asunto había sido pasado por alto, lamento su agudeza. si el piolín, que por lo general es verde, resulta ser azul, estamos en presencia de una alteración cromosomática, como cuando uno ve a una persona albina, o a un perro con un ojito de un color diferente al otro. las personas con piolines azules tienen, digámoslo de esta forma, una propensión a la tristeza. lograrán situaciones de alegría, como todo el mundo, pero de una manera bien diferente. un saludo.

Mr. Kint dijo...

Me encantó!
Alguna vez, quizá, lo había visualizado como un tubo, una cuerda o una cinta.
Pero su precisión tan sutil en la imagen del piolín me hizo notar la peculiar delicadeza y fragilidad que había perdido de vista.

RCC dijo...

Buenisimo, buena manera de mirar el mundo