27.5.10

Tres cosas

Los grandes rubros del horóscopo: salud, dinero, y amor. Aunque no sé si en ese orden, nunca sé con exactitud el orden, y el orden va cambiando, además.
En los grandes rubros del horóscopo, entonces, te decía, el problema, el problema de siempre, es que se tiene más de lo que se necesita, o no se tiene nada. Demasiado poco, o demasiado.
Podés tener la extravagante fuerza para correr cuarenta y dos kilómetros, a las siete de la mañana de un domingo cualquiera, o podés tener el corazón de un gorrión a punto de estallar ni bien alguien te pregunte la hora por la calle. Podés tener tres millones trescientos cuarenta y siete mil doscientos veinticinco dólares en una cuenta bancaria y comer salmón ahumado hasta que se te pongan rosados los pelos de los huevos, o podés trabajar de cajera en un supermercado de barrio por tres dólares la hora hasta que alguien pierde el control y te parte un frasco de aceitunas Nucete sobre tu cabello mal teñido. Podés tener entre tres y cinco mujeres por semana, lúbricas y dispuestas a recibir un poco de luz de tu garompa láser, o podés deambular como un famélico perro de amarillenta mirada por la puerta de los colegios secundarios, tratando de olisquear en el aire un poco de vagina fresca, como el mismísimo Lecter en aquella fantástica escena donde por un momento es todo nariz, sólo nariz, y le canta a la señorita Foster, a través del cristal, la marca del perfume que lleva puesto.
Más de lo que necesitás, entonces, o nada en absoluto. Yo no lo inventé, no te enojes conmigo, soy una víctima más de esto que pasa.

10 comentarios:

Yoni Bigud dijo...

No, faltaba más. No me enojo con usted. A mí en el fondo me gustaría tener demasiado. Alguna vez. En algún rubro. Qué sé yo...

Un saludo.

A.R.N. dijo...

no importa que se tenga o que falte. la penosa realidad es que nadie valora lo que tiene hasta que le hace falta. perdemos tanto tiempo pensando en lo que no tenemos, el mismo que deberiamos aprovechar en disfrutar lo que si tenemos. un beso.

Mr. Kint dijo...

Ahora entiendo. Supongo que por eso nadie está interesado en pronosticar equilibrios ni medias tintas, veo que tal armonía no existe (al menos en la mencionada trilogía ). Además, se sabe que los grises no venden. Los profetas de lo moderado caen en el desgraciado grupo de los inadvertidos, sólo logran popularidad los que predicen sequías o inundaciones, estancamiento económico o descomunal despegue, edenes o apocalipsis.
Ya lo dijo la filósofa contemporánea, ex primera dama, actual jefa del ejecutivo “mesura me suena a censura”
Muy bueno lo suyo! Saludos

Anónimo dijo...

jaajajajajaj buenísimo Juan!!!
No sé por qué siempre los horóscopos asumen que uno tiene pareja. Me dan ganas de poner una bomba en la redacción del diario o de la revista en cuestión. Soy soltera, yyyy????
Discriminación!!!!

Jazmin dijo...

Sí. O mucho o poco. Tal cual.

A esta altura ya no me da enojo. Es más, a esta altura, me consta que más vale que falte y no que sobre.

La vida me resulta más divertida mientras se busca, precisamente, lo que falta, en un repetitivo y vano intento porque sobre.

O será que todo me da igual. Hoy.

Anónimo dijo...

solo pasé para decirle que lo seguía en silencio hasta ahora, como tantos otros que nunca le han escrito hasta ahora. Espero que no se paranoiqueé, admiro su escritura maravillosa.
Creo que solo un ser despreciable y genial puede hacer lo que usted.
saludos

J. Hundred dijo...

*yoni bigud! entre gitanos no nos vamos a adivinar la suerte. un saludo.

*a.r.n.! me gustaron sus palabras, y por lo general a mí no me gusta casi nada. le mando un beso en la frente.

*mr. verbal kint! a ver. no, los grises no venden, piense, si tiene ganas de pensar en algo al respecto, en bombachas. lo de los ‘profetas de lo moderado’ me parece un concepto de lo más interesante. imagínese que alguien anunciara por televisión, en horario central, que mañana no va a pasar casi nada. con respecto a la jefa, paso, como en el dominó. por último, sus elogios me suenan insinceros, pero siendo un asiduo receptor de puteadas sinceras, bueno, no creo que lo suyo me cause un excesivo daño.

*penélope! los horóscopos parten de la atinada presunción que uno es un extraviado imbécil sin alma, si no, bueno, no los leería. además de ser soltera, si mal no recuerdo, usted está entera como el yogur (yo era uno de los que la observaba desde la última o anteúltima fila mientras usted recibía un merecido premio).

*jazmin! me veo en la obligación de decirle que el deseo del deseo es permanecer insatisfecho. también no puedo dejar de mencionar que me estoy cogiendo encima, si me permite el latinismo.

*anónimo! no juzgues al árbol por sus frutos ni al hombre por sus obras, pueden ser peores o mejores, dijo el venerable ciego. nos ponemos de pie.

Coffee dijo...

El verdadero truco de los horóscopos es decir las cosas de forma tal que el lector pueda adaptarlas con facilidad a su vida. De forma ambigua, creo que esa seria la palabra.

Igual, conviene mirar el vaso medio lleno. Y que esta lleno no de agua, si no de algún liquido delicioso. Aunque al que le guste mucho el agua, que este lleno de agua, por que no.

Muy lindo su texto, igual. Un saludo.

J. Hundred dijo...

*coffee! el verdadero truco de los horóscopos es saber que, al que lee, no le pasa prácticamente nada, desde mucho antes, desde siempre. cualquier atisbo de posibilidad resultará entonces una caricia, un bálsamo. si yo le digo, un domingo de lluvia: ‘conocerá a alguien muy especial que incidirá en su manera de ver las cosas’, usted no puede menos que encender una dicroica de esperanza, para enterarse casi inmediatamente luego que ese alguien muy especial que incidirá en su manera de ver las cosas es un pibito que le clavó un alfiler de gancho en un ojo porque usted se negó a darle dos pesos. si quiere otra línea de razonamiento similar (2 x 1, lleva precio, lleva marca, lleva calidad), es como cuando usted ve a esas señoras algo mayores quizás, dándole a la palanca del tragamonedas en algún casino, una y otra vez, con la boca quizás entreabierta, unas gotas de sudor sobre el labio superior, una bovina sonrisa. las matemáticas están en contra, perderán y volverán a perder, pero no se les ocurre, con la misma mano, nada más que aferrarse a la palanca que podría cambiar su mustia suerte. para resumir entonces, los que leen el horóscopo están remal, pero los que le dan al sudoku no están mucho mejor, y los que corren maratones ni le cuento.

La lectora dijo...

Siempre sospeché que entre Lecter y el horóscopo había alguna relación.