5.2.10

Una pena

Hace algunos años conocí, a todo el mundo le pasa, a la mujer de mi vida. Era linda, pero no demasiado. Era linda sin arreglarse, a la mañana. Era flaca, sin esfuerzo, y tenía buen pelo. Tetas pequeñas, cualidades perdurables. Había sufrido de chica, eso siempre es bueno. Sin llegar al extremo, no la había violado un primo ni un rottweiler le había arrancado medio brazo, nada que dejara un eterno resentimiento. Pero tenía una cicatriz en una mejilla, algo que le había preocupado, y había tenido que trabajar. Eso es muy importante, porque entonces la mujer puede disfrutar un abrazo, una cena, la mujer deja de creer que el mundo le debe algo por el anecdótico y peculiar hecho de existir.
Leía, sin caer en la crónica estupidez de las estudiantes de ciencias sociales, empeñadas en descifrar un lacaniano mecanismo en la forma que te rascás el culo. Sabía cocinar, milanesas con puré. Cogía bien, con entusiasmo, genuino interés, sin la impostación que puede dar el abuso de la pornografía, ni el atonal fastidio de la excesiva práctica desde muy pequeña.
Me gustaba verla salir de la ducha o abrir la heladera en bombacha, y podíamos caminar por la playa, en invierno, sin hablar, o le acariciaba el cabello, a veces, mientras ella dormía.
Pero. Un día quedamos en encontrarnos, en un bar. Un bar cualquiera. Debo haber llegado cinco minutos tarde, no más de siete. Ella ya estaba, en el bar. Era de mañana, temprano, un bar de barrio, poca gente, alguien que lee un diario, las noticias del mes pasado, alguien que fuma escondido en un rincón, nada más.
Ella se había sentado en una mesa, una mesa prácticamente en el centro del salón, pudiendo perfectamente sentarse contra cualquier lateral. Se había sentado de espaldas a la puerta, en lugar de sentarse de frente al vidrio, a la avenida, al ventanal.
Y yo supe entonces que había en ella algo perturbador y triste, no era la mujer de mi vida, algo estaba mal.

16 comentarios:

Viejex dijo...

Es verdad, a todo el mundo le pasa. Al menos a usted y a mi nos pasó, parece.

Jazmin dijo...

Parece que sí, que a todos nos pasa.
Todavía sigo sin saber en qué platillo de la balanza ponerlo.

Me generó alguito de angustia el relato, le diré. Espero lo que sigue.
Saludos.

LeO dijo...

Ud. tuvo la suerte de descubrir sus peores miserias a tiempo, mi amigo.

Mire si se casaban y tenían 4 borregos y un día entran a almorzar un domingo a una pariilla de barrio y ella sin más elige una mesa con las características descritas?
Hubiera sido necesario un cachetazo y eso nunca es bien visto.

Vidiella dijo...

¿Y si se sentó de espaldas a la ventana para dejarte a vos el lugar que mirar a la puerta?

Bueno, en esa caso igual está lo de haberse sentado en el medio. Si, definitivamente no es la mujer de tu vida.

Yoni Bigud dijo...

Tal vez ella lo hizo adrede. Como para darle a usted una única oportunidad de deducir, de sacar una conclusión. Como para ahorrarse el trance que implican siempre las palabras.

Un saludo.

Camila dijo...

Por favor, no me podes dejar asi...como puede ser? La mirabas abrir la heladera en bombacha y caminaban por la playa y se termina todo, asi? Asi nomás? Que tipo de esperanzas me quedan a mi, ahora?

Anónimo dijo...

Esta entrada me dejó pensando todo el viernes, yo soy una de las que se sienta dando la espalda a la calle. Incluso escribí en mi blog sobre el tema.

Buenísimo el blog, un placer leerlo. Saludos!

mandrake el vago dijo...

jajaja
qe grande yoni bigud siempre con la deducción justa :)

J. Hundred dijo...

*viejex! cuando uno descubre que algo, algo que le pasó, algo que le pasó a uno, también, ese mismo algo, ese algo le pasó, ese algo le pasó a otro, entonces uno se siente menos solo.

*jazmin! no entendí lo del platillo de la balanza, pero lo de la angustia lo entendí perfectamente. un saludo.

*leo! mire, yo no paro de descubrir mis peores miserias. pareciera que no soy mucho más que mis peores miserias. pareciera que mis peores miserias no terminan nunca.

*franco (fvidiella.com)! no lo había pensado así.

*yoni bigud! ‘el trance que implican siempre las palabras’. por frases como esa, estimado, es que le aguanto años y años de comentarios deplorables. un saludo.

*camila! estimada, cuando usted dejó a su último chico, le contó a una psicóloga y a un par de amigas (una bastante excedida de peso, que nunca supo cómo confesarle que está enamorada de usted) que no podía tolerar que el afortunado no ponía la tapita en el tubo de dentífrico después de lavarse los dientes. la psicóloga, las amigas, le dijeron que sí sí sí, que claro, que entendían perfectamente. igual, no tema, por lo que he podido ver, usted tiene todas las esperanzas que le hacen falta.

*la tilinga! usted, con una maquiavélica maniobra, me hizo ir hasta su blog para decirme que tiene novio. me hizo sentir como si corriera por la calle con un ramito de claveles, como si la felicidad fuera posible, para llegar hasta la puerta de su casa y verla besándose con otro. me hizo sentir una rata de quincho, una infecta alimaña indigna de afecto. pero lo hizo deliciosamente, gracias.

*mandrake el vago!

Roedor dijo...

Poca teta. Ud. lo dijo.

Ni la pena vale.

Lo bien que hizo, che.

Yoni Bigud dijo...

El cuatro es nota, los demás son números.

Un saludo.

Jazmin dijo...

Un día uno se levanta y encuentra que el amor de la vida existe, que el medio cítrico es dulce, y el alma se vuelve siamesa con otra. Y es feliz hasta el Cielo, ida y vuelta.
Otro día, la nada.
Aún hoy me pregunto si valió la pena conocer ese amor, con todo lo que nos dio y nos hizo dar, o si fue una mala maniobra del destino y la rep... (he aquí la balanza y sus platillos)

Que algo se termine, significa que no fue?
Sabemos que vamos a morir, entonces, estamos menos vivos por eso?
Tubi ornot tubi...

Saludos.

Paula Irupé Salmoiraghi dijo...

Hola. LLegué aquí después de haver leído un par de post (tres) en Oblogo. Y veo cuanto más hay de lo que venía buscando.
Respecto de esta entrada: creo que los gestos de "amordemivida" y "quepelotudo/a" son indistinguibles para alguien externo, hasta para una/o misma son "casi" idènticos hasta que te cae la ficha y ya todo es claro como el agua.

Tanya dijo...

No! No podes terminar el relato ahi.. No entiendo que tiene que ver el detalle de donde estaba sentada ella. Eso fue lo que te hizo dar cuenta que no era la mujer de tu vida? Por favor!! explicaciones..

Vidiella dijo...

Felicitaciones por la publicación del post en Oblogo.
Ahora, ¿cómo hago para equilibrar el haberme puesto contento porque mi comentario anterior también se publicó, versus el hecho que una mujer se abandone por el simple hecho de sentarse mal?

Anónimo dijo...

Se dio cuenta de que no era la mujer de su vida, qué importa si se sentaba haciendo la vertical?