15.12.09

Con la misma actitud

Playa. En la playa, al parecer, es la costumbre, la gracia consiste en estar expuesto al sol. La gente quiere estar con gente, eso no ha cambiado, la gente se amontona, pero la vestimenta y el ámbito son diferentes. La arena reemplaza al cemento, el mar reemplaza el ronroneo del tráfico de la ciudad, las chicas usan bikini, los hombres usan shorts.
El adulto de la especie humana es un mamífero mediano al que, exceptuando lo que podríamos denominar ‘situación de coito’, es conveniente observar vestido. Pliegues de grasa, uñas de los dedos de los pies de un repugnante amarillo, lunares, manchas, gibas, protuberancias, irregulares pilosidades, en fin.
Me detengo a observar a una mujer. La mujer ha decidido que no hay nada más importante en este mundo que tomar sol. Se ha untado, podríamos decir, en su totalidad, de un aceite, su piel luce de la textura del cuero. Lleva un diminuto bikini violeta y yace boca arriba, con lentes de sol y expresión de una profunda concentración. No quiere nada más, no puede imaginar un momento más pleno.
Me acerco y tapo el sol con una mano, produciendo una repentina mancha de sombra sobre su rostro, que la obliga a incorporarse presa de un singular fastidio. He conseguido captar su atención.
–Señora –le digo–. Con la misma actitud y empeño, con la misma energía y concentración que usted emplea en tomar sol, con esa capacidad, con esa fuerza, Mozart compuso sin inconvenientes una sinfonía, a los quince años de edad.
Los datos que acabo de transmitir carecen tal vez de rigor histórico, del escalpelo de la exactitud, pero la idea general está muy clara.
La mujer levanta con dos dedos de su mano derecha, por un instante, los lentes de sol.
–¿Vos trabajás en el balneario, no? Traeme una Fanta, bien fría.

8 comentarios:

Unknown dijo...

Juan, te faltó decirle que cada capa de aceite, cada minuto que invierte en su actual bronceado parejo, derivará (si tiene suerte solo eso) en un resultante mapa de arrugas faciales y muy proobalemente en un hermosísimo melanoma, es decir: CANCER.
Un besoo!

HB dijo...

No me puedo imaginar a Mozart en la era de las bikinis diminutas. Yo creo que no hubieramos conocido ninguna sinfonía.

La condesa sangrienta dijo...

Ud. debiera saber que es imposible tapar el sol con una mano...

chica pastiche dijo...

Chapó para la señora!
Lamento decirle Juan Cien, que esta señora lo ha dejado a usted como un verdadero papanatas.
Yo en su lugar, me limitaría a ir a buscar esa fanta.

Yoni Bigud dijo...

Usted debería saber que esa gente es absolutamente inabordable.

Cuando se enfoca en su persona, lo que ve es un simple adefesio haciendo mímica. No escucha. No podría hacerlo aunque quisiera. Esto no es ni bueno ni malo. Es una cuestión de programas genéticos.

Vaya a traer la fanta.

Un saludo.

Lara dijo...

Mozart... a veces una mujer solo quiere una Fanta y tomar sol. Como a veces un hombre quiere sentarse a la sombra a ver pasar una maraton de salames corriendo. Cada uno a su modo. Ninguno de los dos va a componer una sinfonia. Todos hacen simplemente lo que pueden.

J. Hundred dijo...

*penelope! y pegue, y pegue.. acépteme un delicado beso, sobre su tan pálida como prodigiosa frente.

*

*la condesa sangrienta! como dice aquel encantador dicho popular: la culpa no es del chancho, sino del que le esconde el mantecol.

*chica pastiche! por lo general, es de lo más común, lo habitual, cada uno hace lo que puede. usted nos obsequia la pavorosa confidencia de no ser ninguna excepción.

*yoni bigud! cuando alguien ve en mí un simple adefesio haciendo mímica, bueno, presiento que es alguien que me conoce bastante. un saludo.

*lara! se puso como si le hubiera pishado el pote de sapolán. así no, querida, así no nos vamos a poder ir juntos de vacaciones a ningunísima parte.

Lara dijo...

jajajaja! Naaaahhh! Con el pote de sapolán noo!Que está mezclado con gotitas de cromidine! Si nos ponemos de acuerdo en eso, y en que no me moleste mientras leo abajo de la palmera, salimos en la fecha convenida. Un saludo.-