11.9.09

Lo normal

Desde siempre, desde chico, y la adolescencia, cuando importa, cuando duele, mucho más, me pasa algo, me pasa lo siguiente, me pasa lo que voy a tratar, sin aburrirte, de explicar.
Si yo entraba a un aula, en el colegio, o en un curso, o a un gimnasio, o a una discoteca, no importa el lugar. Lo que importa es que yo entre, me incorpore, a una situación donde hay, como en tantas situaciones a las que uno se quiere incorporar, un grupo de gente.
Lo normal, entonces, me desvío, me aparto pero ya vuelvo, es mi manera tan particular y exquisita de hablar, lo normal, decía, es que alguien ingrese a un lugar, y la mitad de la gente, pongamos un sesenta por ciento de la gente, sienta una tenue indiferencia por la persona en cuestión, no le preste mayor atención, no le de mayor importancia ni le genere interés la persona que acaba de ingresar. La otra mitad, pongamos el cuarenta por ciento restante, puede manifestar una también débil curiosidad, algo de interés por conocer al nuevo sujeto, siempre alguien nuevo refresca un poco el ambiente, mueve el agua, miremos qué dice, su manera de actuar.
Pero conmigo no, conmigo nunca fue así, jamás tuve esa oportunidad. Cuando yo hacía mi ingreso, mi aparición, sucedía algo tan sintomático como instantáneo.
El noventa y dos por ciento de los presentes me odian con todo el alma, me odian con énfasis, me desprecian profundamente, sin motivo (debo recordar, es preciso, que los presentes a los que me refiero en el precario ejemplo, no me conocen todavía). El tres por ciento de la gente me ama, siente que soy el nuevo mesías por tanto tiempo esperado, sienten que soy un tipo entretenido, con una contundente pija, un sabio, un buda, un genio de nuestro tiempo, aunque si les preguntaran por qué desde luego no tendrían nada para decir, no lo podrían explicar. Al cinco por ciento restante le da lo mismo si me tiro un pedo o si me pongo a cantar un tema de Leonardo Favio (‘Aquella noche de verano’, para ser más exacto. No, no dije el tema ‘Fuiste mía un verano’, dije ‘Aquella noche de verano’, hay cosas donde la precisión debe imperar, por favor no te confundas).
Las características, los grupos descriptos, tienen el curioso atributo de lo definitivo. Nada que yo haga hará que alguien que me odie pase a amarme, o al menos logre resultarle indiferente mi persona. Eso no pasa nunca, y por lo tanto, me permito decir que no puede pasar.
Te lo cuento para que entiendas que lo que te ha sucedido conmigo, el desbordante y por qué no descomunal odio que te genero es algo absolutamente lógico, me atrevería decir normal. No luches contra eso, tampoco yo pienso hacer el mínimo esfuerzo para remediarlo. Tu odio es un dato revestido de la más pura lógica estadística. Me parece bien, dejémoslo estar.

*http://www.youtube.com/watch?v=hafT7mCvXN0

12 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay nada definitivo en esta vida, eso sí, plis, cuando cante "Aquella noche de verano" omita el gritito ese "uiiih!!" que hace Favio. Y qué sirvan el mejor vino!

Nefertiti dijo...

El porcentaje de aceptación que usted genera es perfecto! Qué necesidad hay de comenzar conversación/ interacción con gente que no nos interesa ni nos va a interesar? Evitemos el bostezo. Adhiero a la ausencia de esfuerzo por remediar la situación.

Alelí dijo...

Bueno a mi me despierta curiosidad...

Yoni Bigud dijo...

No hay nada más sano que dejarse odiar. Yo prefiero tratar de cambiar la ropa que me regalan y no me gusta.

Un saludo.

La condesa sangrienta dijo...

Dicen que del amor al odio hay un solo paso.
Lo que no recuerdo es si lo amé y después lo odié, si lo odié primero y después lo amé o si la nuestra es una relación amor/odio.

Geoffrey Firmin dijo...

¿Alguien escribió algo?

J. Hundred dijo...

*caia! sh.

*nefertiti! la ausencia de esfuerzo, últimamente, se me antoja algo de lo más apropiado.

*alelí! no, alelí. así no.

*yoni bigud! un saludo.

*la condesa sangrienta! yo tampoco sé qué es lo nuestro, pero es genial.

*geoffrey firmin! creo que nadie escribió nada, creo que otra vez tiene usted razón.

J. Hundred dijo...

*juan cruz! un abrazo para usted.

Anónimo dijo...

Esto se había puesto bueno... lo que me pregunto es cómo hizo para contestar un post antes de ser escrito y luego borrado? O no era esta la respuesta?: "Te lo cuento para que entiendas que lo que te ha sucedido conmigo, el desbordante y por qué no descomunal odio que te genero es algo absolutamente lógico, me atrevería decir normal. No luches contra eso, tampoco yo pienso hacer el mínimo esfuerzo para remediarlo. Tu odio es un dato revestido de la más pura lógica estadística. Me parece bien, dejémoslo estar." Lara.

Unknown dijo...

Caí en tu blog de casualidad. No suelo quedarme leyendo, soy dificil de complacer, literariamente hablando. Me gustó lo que escribiste, me sentí sumamente identificada, (a mi también me odiaron la gran mayoria de los integrantes de los grupos donde tuve la desgracia de caer, no me quedará otra que hacer la gran Kill Bill) tenes un estilo de narrar en 1ra persona que comparto y que hace interesante la lectura.
Te dejo un saludo!

J. Hundred dijo...

*penelope! le mando un beso en la frente.

Unknown dijo...

ajjaajajaa, mientras no me dejes rush rosa fluo como mi abuela...lo acepto!