12.6.08

Esa cosa

Cuando se está enfermo, en un hospital, cuando se viaja, en avión, uno se ve transformado, por ningún arte de ninguna magia, en mercancía.
Esta situación no me ofende ni me intimida: el cuerpo, por circunstancias que no hacen a la cuestión, debe ser reparado, transportado, y eso lo despoja de cualquier atributo humano. Se ingresa en el gélido mundo de la ingeniería, de la medicina, de sus rigores. Es preciso entonces abandonar cualquier conducta emparentada con lo volitivo, y recostarse, en el mejor de los casos, en la suerte. Los paquetes, las cajas, suelen tener al menos la leyenda de ‘frágil’.

7 comentarios:

Roedor dijo...

Cada día estás peligrosamente más cruel, che.

Anónimo dijo...

La cara de los pacientes hospitalizados, aunque sea para pulirse el juanete, portan la misma etiqueta en sus rostros aunque escrita con una tinta que solo perciben algunas personas, se lo aseguro.

Yo dijo...

si queres me avisas y cuando estes internado, te llevo un cartelito de "FRAGIL" para que te pegues en la frente.

:)

Caia dijo...

Coincido con roedor, sos muy cruel, con otros y con vos mismo. Tenés un lindo problema encima, ojalá lo soluciones.

La condesa sangrienta dijo...

Hospitales y terminales son no lugares
¿leyenda de 'frágil'? agradezca que no le ponen un sello violeta en el lomo, querido!

J. Hundred dijo...

*roedor! y a mí qué?, diría el teniente primero calvi.

*inezita! lo del cartelito me parece bien, pero véngase con unas medias enrejadas, tráigase una gatorade de pomelo, no sé. tengo una sed.

*condesa! se me comió un baudelaire con papas españolas, m’ija. usted sabe que me dio curiosidad, me fijé en un espejo, y tengo en verdad un sello en el lomo. dice ‘premium’, desconozco su significado.

La condesa sangrienta dijo...

Significa que lo perdemos querido!
lástima... lo mejorcito de la carne argentina es pa'exportar.