27.6.08

Acerca de la escultura

El escultor utiliza su cincel, y es una maravilla. El escultor golpea, aquí y allá, y otra vez aquí, va quitando un velo hecho de la piedra más dura, ve algo hermoso, una forma que nadie más ve. El escultor se abre camino en la piedra, a fuerza de martillo, y la herramienta es tosca, pero el resultado sutil, y es justamente ahí donde reside la magia de su poder. Después de la rusticidad del golpe, aflora la más delicada de las obras.
Eso ocurre, así sucede, en las níveas alturas del arte. Para lograr resultados parecidos, en la fétida realidad, se utiliza dinero.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

No mi señor, se utilizan palabras y paciencia.

Que extraño placer encontrarlo por aquí un viernes. Pase, póngase cómodo. Como si estuviera en su blog. Póngase las pantuflas y deje esos tamangos que usa por zapatos. Póngase cómodo. ¿quiere una tacita de nesquik calentito o prefiere unos mates?

La condesa sangrienta dijo...

El escultor dice que el cincel sólo descubre lo que ya estaba oculto en la piedra. El dinero hace lo mismo con las personas, revela su verdadera esencia.

Geoffrey Firmin dijo...

Es increíble. Varias veces me abstengo de mencionarlo, pero sin duda, por amplio margen, la Condesa es la mejor comentarista. Aplausos, una vez más.
Saludos!

Caia dijo...

Coincido, Geoffrey.

J. Hundred dijo...

*condesa! el dinero es uno de los más poderosos solventes de convicciones que jamás se hayan inventado. el dinero hace brotar el alien mismo que se oculta en tu interior. y entonces uno descubre que la chica que te dijo que quería ser maestra de una escuelita de frontera, se sube al audi a4 y no, ya no hay manera de bajarla nunca más, y cuando viene su mami del chaco a visitarla ella le confiesa que su novio mucho no la quiere, y no, mucho tampoco se le para, pero no sabés qué bien que hace los cambios desde el volante. y uno descubre al cantor de protesta quejándose porque bajó un poco la calidad de la pastelería del hotel alvear, los scones no tienen la esponjosidad de otrora, y después lo ves el domingo cantando en una cárcel para unos pocos presos, disfrazado con un triste pulovercito escote en V con dos quemaduras de pucho, tomando jugo de naranja sintético en vasito de plástico para la foto. y también están los que nacieron con dinero y eso es una especie diferente, son los que creen que la vida les corresponde, que son descendientes directos del sol o alguno de sus satélites y no pueden entender cómo les va a salir un linfoma justo a ellos, pero qué espanto, si ya teníamos alquilada casa en punta para toda la temporada. y están las que no tienen un solo peso y creen que miseria las hace virtuosas, que tener el elástico de la bombacha vencido es toda una manifestación de principios comparable a un poema de carver. y están los que dicen ‘cuando yo tenga dinero voy a hacer todo distinto a estos forros’, pero si llegan, si se alinean los planetas, harán todo igual igual. y están los que te dicen que sos un chancho burgués, pero lo único que quieren es vender setecientas treinta y tres mil quinientas catorce bicicletas hechas con alambre para poder tener un puesto fijo en la feria de villa la angostura y entonces sí ser unos señores comerciantes, porque una cosa es ser mantero y otra muy distinta tener un puesto fijo en una feria, querido. están los que tienen dinero y no se les ocurre nada, y mientras prueban el mejor vino no pueden entender que nadie los abrace aunque igual el vino está rebueno, y están los que no tienen dinero y odian a quien tenga dinero pero siguen jugando al totobingo, supongo que como un ejercicio, como una práctica deportiva. no sé, condesa. muchas veces pienso, qué sería de mí, sin usted. también, algunas veces, se me da por pensar, qué sería de mí, sin mí. y hay veces que pienso dónde carajo está el queso rallado, pero si yo compré, pero si había.

Roedor dijo...

El queso rallado está en el canasto 6B, al lado del 6A, donde está el conejo.

Pero no se lo pida a los muchachos, que tienen la mecha corta y en cualquier momento lo embocan mientras usted se decide a decirles adónde ir.

La condesa sangrienta dijo...

geoffrey y zyx: descubrieron mi secreto: Juan me paga one hundred por comentar (gracias igual!)

Juan: no sé tampoco que sería de mí sin ud., pero gustosa perdería mi virtud, no tanto por su onda, sino por evitar la espantosa imagen del "elástico vencido de la bombacha", qué horror.