Cuando sucede un terremoto, cuando ocurre un huracán, viene a mi mente la imagen de un elefante que, afectado por lo que podría ser un leve fastidio, decide sacudirse, ocasionando consecuencias impredecibles.
Así como el castigo debe ser desmesurado en relación a la falta, la manifestación de malestar debe ser en extremo desproporcionada con respecto a su origen.
En ambos casos, la desmesura tiene para mí un idéntico y cristalino mensaje.
El mensaje es: no jodan.
7.6.06
Catástrofes naturales
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