5.7.12

Todos los poemas son de amor

         Una chica le dice a un muchacho que no lo quiere más. Lo habló antes con su psicólogo, y con una amiga. Lo estuvo pensando.
         El muchacho vuelve a su casa, esa noche se toma media botella de whisky y un blister de rivotril de 2mg. El muchacho muere, se mata. La televisión encendida en el  canal de National Geographic. La pantalla llena de cebras.

         Una chica le dice a un muchacho que no lo quiere más. Le dice que se está viendo con otro chico, otro chico que la hace sentir mejor, a ella, que cuando está con él.
         El muchacho se reúne para tomar un café con la chica, en el domicilio de la chica, se han querido bien y son, por decirlo de algún modo, civilizados. La mata, a la chica, de noventa y siete puñaladas con un  cuchillo Tramontina línea Century, profesional para chef. Después se sienta en el living a ver la televisión. Se prepara un gin-tonic (con limón y Angostura), y espera que llegue alguien, alguien que llame a la policía para avisar lo que ha sucedido.

         Una chica le dice a un muchacho que no lo quiere más. Le dice que está muy enfocada en su carrera, pensando en irse a estudiar afuera, o de paseo por el mundo tres meses, quizás seis. Todavía es joven, y no está convencida de seguir con él, con el muchacho, en pareja. Tiene otras prioridades, después verá.
         El muchacho se pone mal, se anota en un gimnasio, se anota en un curso de fotografía, también, para distraerse. Pasan algunos días y la chica lo llama. Le dice que lo extraña, que lo estuvo pensando, que lo quiere ver. En poco tiempo están saliendo juntos otra vez, alquilan un departamento por Colegiales, ella queda embarazada. Estarán juntos los próximos treinta años, quizás un poco más. Cambian el televisor por uno más grande, lo van pagando en cuotas.

         Y yo no sé, te juro que no sé cuál de las historias es la más triste, la más cruel.

11 comentarios:

A.Torrante dijo...

Tal vez sea porque miro demasiadas series tipo Criminal Minds, UVE o CSI, y estoy entumecido emocionalmente, pero crueles no me parecieron ninguna, tristes tal vez, sobre todo la tercera, pero un picnic comparado con la vida de una puta en un cabarute de La Matanza, un esclavo en las minas de diamantes en Sierra Leone o la de un tachero en Capital Federal un día de lluvia con piquetes.
Igual los que saben dicen que la tristeza o melancolía son las mayores fuentes de inspiración de poesías románticas. De poesías no sé, de entradas en blogs seguro.

Rob K dijo...

La primera es triste. La segunda, cruel. Y en la tercera el autor nos hace trampa (pero eso no es ni triste ni cruel: es literatura).

Lo saludo.

Juan dijo...

Vamooos! Asi lo quiero! No lloricon.

Dany dijo...

Leo que le piden que eleve su grado de ironía y acidez al límite. Ud se mueve como pez en el agua de esa forma,es verdad. Pero una agachada de vez en cuando también se la valoro.
De las dos primeras me siento lejos, la que siempre temí es la tercera.
Un abrazo.

J. Hundred dijo...

*a. torrante! que nos vaya bien a todos.

*rob k! creo que no estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero me gusta cómo lo dijo. otra forma de verlo sería, quizás incluso usted me está diciendo que soy un pelotudo, pero me lo dice bien. 1saludo.

*juan! dios es más generoso que los hombres y los medirá con otra medida, dijo alguna vez el venerable ciego.

*dany! hay gente que me pide que eleve el grado de ironía y acidez, hay gente que me pide que eleve la poronga y baje la busarda y no al revés, hay gente que me dice que conocen a alguien que tiene auto o flequillo o que las quiere bien. lo que yo le puedo decir es que yo escribo, lo demás no corre por mi cuenta.
una cosa más, sí, algo más, bonus track. todos tememos la tercera, y todos nos sentimos bastante lejos de las dos primeras. quizás por eso el mundo en general, la propia vida en particular, sea tan gris. un abrazo.

Caia dijo...

Ese último comentario en respuesta a Dany es, por lejos, lo mejor de este post, y mirá que el post es muy bueno, más allá de que nos vaya o no bien a todos.
Un beso, JH.

J. Hundred dijo...

*caia! permítame responderle así.
http://www.youtube.com/watch?v=88BMI5bkI-U&feature=related

Juan Sebastián Olivieri dijo...

La diferencia está en el tiempo. En la duración. Siempre lo supimos. Es lo único que no nos sobra. Lo único que nunca recuperaremos. Pero nos empeñamos en dejarlo ir.

(¡Cuanto menos tiempo ocupamos en las dos primeras para llegar al mismo resultado!)

Mr. Kint dijo...

En las primeras dos no sé, pero en la tercera seguro, pero seguro, eh, que se empomó otro flaco. En el 90% de las ocasiones si te dice que está enfocada en su carrera o que no tiene tiempo, es porque decididamente no te quiere más o nunca te quiso, que es igual de doloroso, y está bien que ella lo diga así porque la falsedad le quita crueldad al asunto. Pero si llama arrepentida a los pocos días diciendo que recapacitó,
entonces estuvo frecuentando otra garompa, for sure. Y ahí sí es desalmada, porque no sabe qué poronga quiere, literalmente.

No sé bien qué decirle. En estas cuestiones las primeras corazonadas son tan vehementes como definitivas. Persistir está sobrestimado, a veces no es más que un desesperado intento por tamizar la agonía. Pueden llegar a decir que el suicida y el asesino están locos, pero yo realmente no lo sé. Y como no tengo un video de Elvis para ilustrar el concepto, le dejo esto de Buk con una pequeña alteración de la casa que acabo de notar al releer. Abrazo.
The Shoelace

a woman, a
tire that’s flat, a
disease, a
desire: fears in front of you,
fears that hold so still
you can study them
like pieces on a
chessboard…
it’s not the large things that
send a man to the
madhouse. death he’s ready for, or
murder, incest, robbery, fire, flood…
no, it’s the continuing series of small tragedies
that send a man to the
madhouse…
not the death of his love
but a shoelace that snaps
with no time left …
(...)
with each broken shoelace
out of 'Juan Hundred' broken shoelaces,
one man, one woman, one
thing
enters a
madhouse.

so be careful
when you
bend over.

J. Hundred dijo...

*juan sebastián olivieri! el tiempo es veloz, dijo alguna vez el eximio guitarrista david lebón. luego comenzó a comerse a pata villanueva, y bueno, de ahí ya no hay manera de volver.

*mr. kint! el poema que usted transcribe, sólo algunas líneas de ese prodigioso poema, bien valen todos los partidos de playstation que se hayan jugado sobre la faz de la tierra (lo ejemplifico así, para que la monada entienda). usted bien dice que persistir está sobrestimado. alguna vez, el propio buk si mal no recuerdo, decía aquello de ‘no puedo entender por qué la gente cree que el esfuerzo tiene algo que ver con el arte’. the continuing series of small tragedies, pensemos en eso. un abrazo.

Yo NO SOY Cindy Crawford!! dijo...

Ay claro, pobrecitos. A mí me parece que sí son reales, por primera vez se hizo justicia.