25.12.11

Curar la mente

El tratamiento es bien sencillito, vos sabés cómo soy yo, lo mío siempre fue curar. Pero curar prácticamente sin recursos, sin instrumental. Porque si le decís a la gente que el tratamiento para curarlos es demasiado complejo se asustan, es comprensible, la medicina se ha transformado en una presuntuosa ciencia que arroja una catarata de información que se extrae con los más modernos instrumentos y que la mayoría de las veces no sirve para nada. Y si les decís que lo que precisan para curarse es muy caro, bueno, la mayoría de las personas preferiría morirse, porque encima que están mal, encima que prácticamente todo lo que les sucede es una verdadera mierda, encima llegás vos y les decís que van a tener que gastar plata, mucha plata, y durante mucho tiempo. Mejor no darle bola a la enfermedad, a la dolencia, nadie tiene ni la guita ni la paciencia, quién aguanta.
Te explico el tratamiento, entonces, para curar la mente. Y no te olvides, está estudiado, más del 97% de las enfermedades arrancan, tienen su origen, en algún desarreglo de la mente. Estalla en el cuerpo, sí, el cuerpo es el parlante, la caja de resonancia, la tela donde se pintan los estragos de la mente. Si curás la mente, curás el cuerpo, eso ya ni se discute, no importa si trabajás en el Mount Sinai o si sos un médico umbanda.
Hacen falta dos milanesas, nada más. Viste qué fácil. No muy grandes, dos milanesitas. Se puede hacer con una milanesa sola y cortarla por la mitad, pero no es lo mejor. Conviene que sean dos milanesas separadas.
Pueden ser de rotisería, sí, pueden ser compradas. Pero el efecto es mucho más potente si las dos milanesas fueron hechas en casa.
Agarrás las dos milanesitas, así como están, calentitas, y las colocás, una en cada zapato. Como si fueran plantillas.
Y te ponés los zapatos.
Sí, así nomás. Como si nada. Sin medias, por supuesto, no podés usar medias. Total casi ni se nota, no pasa nada.
Y listo. Salís a trabajar, vas y hacés tu vida, no importa si sos abogado o maestra de geografía. Vas, vivís el día, como cualquier otro día. cuando terminás de hacer lo que tenés que hacer, a las cinco de la tarde o a las siete, volvés a tu casa.
Haber pasado todo el día caminando sobre dos milanesas hace que te des inmediata cuenta que todo lo que te sucede no es tan grave, no interesa, no pasa nada.
Llegás a tu casa, te sacás los zapatos, tirás las milanesas (no las comas). Te das un baño, podés mirar un poco de televisión o meterte en la cama.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

viaja la Napo?

Dany dijo...

Mi cabeza es un criadero de preocupaciones y me está enfermando. Antes de calzarme las milangas calentitas.....¿Esto está estudiado?
¿Tiene cifras de personas curadas?
A los que tienen cara de sufridos en el subte les miro los pies para ver si llevan medias. Abrazo!

J. Hundred dijo...

*anónimo! vos dale.

*dany! no tengas miedo, solamente ten fe (marcos 5, 36). 1abrazo.

Dalilasearrepintio dijo...

Genial tratamiento. Siempre a la vanguardia, mi amigo!
Me surge una dudilla, milanesas de soja, también sirven?
Saludos!!

J. Hundred dijo...

*dalilasearrepintio! sí, las milanesas de soja sirven. las milanesas de pollo también. pero la guarnición no, eh. 1saludo.

yaz! dijo...

cada vez que leo textos de auto-ayuda de su autoria, desconfió un poquito mas de los psicólogos.

mis mas sinceros saludos

Angel dijo...

"la tela donde se pintan los estragos de la mente"

Nada más acertado que su comentario.

En lo que a mi respecta, esta claro que da le mente ( y del cerebro) sabemos poco y nada. No nos queda más, por ahora, que conformarnos con los mundanos tratamientos fisicos.

Siendo esto asi, concuerdo con su inusual terapia, que dado el caso debería tener el mismo efecto. Igualemente, me arriesgaría primero a intentarlo con unas hojas de lechuga o unas fetas de jamon (cocido o crudo da igual).

Mi mas sincero saludo,
Angel

Mr. Kint dijo...

Toda la vida moderna se ha transformado en una catarata de información insoportable y la medicina también se mancha (la pelota, no).
Por ahí que escuché que en colchones y plantillas no se puede amarretear, allí descansa su humanidad tiempo completo. Como siempre usted curando de manera asequible y sencilla; en este caso, un Dr Scholls 2.0
Saludos y abrazo.

Yoni Bigud dijo...

No va a faltar el pelotudo que venga a cuestionarle la receta. Nunca falta, sepaló. Un pelotudo que viene y dice que pizza napolitana funciona mejor, que usted es un charlatán.

Un pelotudo que llega y nota algo que usté ni nadie notó. Que el pan rallado se pega demasiado al talón, que la primera persona no hace a la veracidad del relato. Qué sé yo, estoy imaginando.

En cualquier caso la refutación va de suyo, no le preste atención. Cuídese, sí, de la sentencia posterior. Esa sí que se pega demasiado al talón. Le juro que no funciona. Trate de borrarla de su mente, y siga curando. Usted nació para eso.

Muchas felicidades a usté. Que no se corte la magia.


Un saludo.

J. Hundred dijo...

*yaz!! no está en mi ánimo bastardear otras respetables disciplinas. pero creo que, ejem, en no más de tres sesiones, la acomodo. quiero decir, la ordeno. o sea, bueno, usted me entiende.

*angel! usted tiene la potestad y el criterio para probar el tratamiento que más le guste. la diferencia es que el mío es el correcto.

*mr. kint! hace algunos años, quizás a uno le tocaba ser simplemente un boludo silencioso, sin demasiado para decir, tampoco para hacer, quizás con algún defecto físico evidente que le impedía relacionarse normalmente, con el sexo opuesto for example. ahora que tenés 73.517 canciones en el ipod, bueno, ahora sí que no tenés ninguna posibilidad de redención. la información es el demonio. lo saludo con respeto.

*yoni bigud! digamos que por cada 100 pelotudos, aparecen dos personas, tres como máximo, que tienen algo para decir. las proporciones, como en la vida misma, siempre están tremendamente en contra. y a mí me sigue pareciendo un trato justo. felicidades para usted, lo que se diga en estos casos.