5.11.10

Dilema

Existen dos tipos de errores en medicina. El falso-positivo, y el falso-negativo. El falso-positivo es el error donde se le comunica al paciente que tiene una enfermedad fulminante y quizás terminal, que debe comenzar el tratamiento de inmediato, aún cuando el médico no sabe con certeza si el paciente tiene la enfermedad, no está seguro. El falso-negativo es el error donde no se le dice al paciente nada, y quizás tenga el tremendo flagelo, el desgarrador padecimiento.
Entre los dos errores la medicina elegirá siempre el primero. Quizás por supervivencia, quizás para evitar complicaciones legales, quizás por sadismo. O una compleja combinación de todas las anteriores, más cosas que no tengo ganas de pensar en este momento, cosas que se me escapan.
En una oportunidad, allá lejos y hace tiempo, estaba en Villa Gesell. Me fui una madrugada de un bar al cual solía concurrir a tomar algo. Me fui con una señorita, decía, a fornicar.
Aunque siempre importan los detalles, aunque lo único que suele importar son los detalles, no importan, en esta oportunidad, los detalles.
El asunto es que finalizado el por siempre y más que nada en la adolescencia gratificante acto, emerjo del interior de la vagina misma después de haber estado cogiendo como un frenético babuino. Voy al baño apoyándome en las paredes, alcoholizado todavía, vencido por la falta de sueño y la pésima alimentación. Llego al baño, y cuando voy a quitarme el preservativo, descubro con pavura que no existe el preservativo. O sí hay preservativo. Una arandela de goma enroscada a la base de la todavía algo enhiesta garompa. El preservativo, de pésima calidad, hecho más que probablemente con restos de caucho de neumáticos de tractor reciclados, por que en Argentina se suele entender todo mal, en Argentina reciclamos así. El preservativo, entonces, se había roto durante el coito.
En aquella oportunidad y sin saberlo otra vez, el dilema, falso-positivo versus falso-negativo. El falso-positivo era salir del baño, pálido como un fantasma, sentarme sobre la cama, encender un cigarrillo, y contarle a P. que el preservativo se había roto, que yo había eyaculado como un dromedario, y que muy probablemente podía haberla dejado embarazada. El falso-negativo era hacer desaparecer los restos del preservativo, lavarme la cara, pishar, volver a la habitación, sentarme en la cama, encender un cigarrillo, y decirle a P. que me gustaba mucho su corte de pelo, su flequillito stone.
–Che, me encanta tu corte de pelo –dije, pité.
Opté por el falso-negativo. Y es que por más que me han dicho que tengo el don de curar mediante el garche, a pesar de haber ayudado a tanta pero tanta gente, jamás me consideré, en el estricto sentido de la palabra, un médico.

11 comentarios:

Alelí dijo...

ajjajajaja

curar mediante el garche! eso es medicina alternativa, lo cubre la obra social?

Yoni Bigud dijo...

Usted no es un médico, eso está claro. Usted tiene el don de curar, eso también está claro. Mediante el garche, claro que sí.

Lo importante de esta situación es que fue capaz, así, con la gallina aún a media asta, de optar por el camino correcto. Por el diagnóstico más conveniente.

Usted es un profesional. Un profesional extraño. Si se quiere indefinible.

Un saludo.

JamesDead dijo...

Excelente

Jazmin dijo...

Dentro del género, hay mujeres (me excluyo del grupo en cuestión al solo efecto de darle un color de distante objetividad al comentario) que son expertas en hamacarse entre ambos falsos, al momento de decidir con qué tipo de interjección expresarse.

A veces, prevalece el egoísmo. A veces, el bien del paciente.

Jorge dijo...

Perdone, yo me subí en la última estación...pero no hay nada falso en no decir la verdad....el no-amor merece la no-verdad...
Me puse pomposo, disculpe..Mejor me tomo el remedio...ya vuelvo...
//

J. Hundred dijo...

*alelí! no se preocupe que no la voy a dejar sin atención. antes que el dinero, está la vocación de curar. eso sí, me siento en la obligación de informarle que el tratamiento puede resultarle, no sé, un poquito invasivo.

*yoni bigud! estimado, entre fantasmas no nos vamos a pisar la sábana. no, ya sé, la frase no tiene absolutamente nada que ver con lo que usted me ha dicho. pero escuché, la frase, esta semana, y me sacó una sonrisa. un saludo.

*tiago! le agradezco la cortesía.

*jazmin! con el cariño y el respeto que le tengo, debo decirle que usted hace de la obviedad un himno. hoy en día, en el polimodal de cualquier escuelita del conurbano, en la clase de formación moral y cívica se le enseña a las chicas a fingir un orgasmo. como trabajo práctico, además, los alumnos suelen filmar videitos pornográficos en sus teléfonos celulares de última generación, interactúan, participan, luego los suben a youtube, en fin, se forman, se preparan para las delicias de ese moderno mundo.

*jorge! aquello de ‘la mentira tiene patas cortas, pero la verdad es paralítica’, quizás se aplica en esta oportunidad.

Jazmin dijo...

Mi muy señor mío, ud menciona la indecisión que al protagonista lo acometió en un momento...
En función de eso es que menciono a mi vez, que algunas mujeres blablablabla, ya sabe.

Sin faltar a la verdad, me trae a los púberes aventureros a colación. Pero yo hablo de pintar en Montparnasse, al aire libre, y no de pegar papel glasé sobre un cartón en Utilísima.

De todas formas, cometeré otra obviedad más, y me retiraré dándole, como siempre, la razón.

La lectora dijo...

jajajaja, genial la conclusión, ¡uno llega a cada conclusión a veces!
saludos.

Mr. Kint dijo...

Y está muy bien, quizás usted evaluó en esa fracción de segundo en que descargaba litros de cerveza (y otras cosas más) que es más sencillo comerse una demanda por mala praxis que un juicio para endilgarle una paternidad dudosa.
Muy bueno.

Saludos

Caia dijo...

Si optabas por el falso-positivo por ahí ligabas un pendejo de otro. Buena elección, y si quedaba embarazada?? le decías: "quién es el padre??!!".

J. Hundred dijo...

*jazmin! dale.

*la lectora! a mí, que me parece prácticamente una patada en el escroto que alguien se ría por escrito, me hizo bien imaginarla sonreír.

*mr. verbal kint! lo que yo quizás por pudor omití, lo que usted no pudo dejar de notar, ‘y otras cosas más’. 1saludo.

*brynhild! usted nos obsequia un baldazo de idoneidad.