19.6.10

Andrea o Verónica o Gisela

Recibo un llamado. Un llamado telefónico. No sé cómo alguien puede llamarme por teléfono, sólo uso el teléfono para pedir una pizza, los sábados por la noche. Napolitana con ajo, roquefort, fugazzetta, eventualmente calabresa, según la patología del día, lo que corresponda, la dolencia que se intente sanar. Jamás atiendo el teléfono, además.
El llamado es de una chica, Andrea o Verónica o Gisela. Dice que fue a la primaria, o a la secundaria, conmigo. Hace veinte años, no sé, algo que ocurrió en el inasible magma del pasado. También dice, la chica, que está organizando una fiesta, una cena, de todos los que fuimos a ese grado. Para que nos veamos, para que charlemos.
–Va a estar redivertido –dice Andrea o Verónica o Gisela.
Pero no. No sirve, no corresponde. Cuando se hacen ese tipo de eventos es con el único afán de corroborar que el fracaso es una epidemia, una peste, un virus que nos ha comido el alma a todos, dejándonos las cáscaras vacías, algo putrefactas, un poco de pulpa apenas cerca de los mustios carozos en el exacto lugar donde deberían estar los corazones. Lo que se busca es chequear, bajo un ficticio entusiasmo, que todos se han ido a la mismísima mierda, igual que uno mismo, que no había nada para nadie después de cinco o siete veranos en la playa, que la vida se puso en dos patas y te dio un zarpazo de oso peludo que te va a dejar la cara marcada para siempre, que no te van a quedar ganas ni de preguntar dónde carajo está el tarro de miel de la alegría.
Así que le digo que no puedo ir, a Andrea o a Verónica o a Gisela. Porque yo prefiero recordarlas cuando todavía tenían algún brillo, alguna posibilidad.

11 comentarios:

leandro molins dijo...

Las impotencia para hinchar las pelotas en el hastio dominguero, me forzaron a abrirme un facebook, me contacte con dos grandes amigos del pasado, de distintas epocas, de distintas eras de mi vida.
Mi hermano, cuando volvi hace poco de la ultima reunion con uno de ellos, me pregunto: Y?, muy abollado estaba...
Saludos.

Anónimo dijo...

Mire si Andrea, Verónica O Gisela no se hizo las tetas, es adicta al gym y una MILF sedienta con mucho tiempo libre.
Fracasada sentimental y, por lo tanto, capaz de tener una empatía casi instantanea con su poronga , no lo penso asi? un posible facefuck violento, como venganza heideggeriana en contra del tiempo y su fué.

Nefertiti dijo...

La gente del pasado debería quedar en el pasado. Las segundas partes nunca son buenas...

Viejex dijo...

El señor anónimo (o señora anónima)tiene razón. Puede usted haber perdido la ocasión de un plovo memorable. O no. Ha perdido usted la curiosidad, eso sí que es triste.

leandro molins dijo...

Me rompe el corazon verlo rodeado de enemigos, actualiza y linkeame, gil!

Roedor dijo...

El desubicado es usted, querido JH, que pretende ir a buscar lo que ya no existe. Es más interesante lo de la MILF, pero ahí no aplicaría tanto porque usted tiene la misma edad de ella. Siga participando, como dice usted, che.

la niña z dijo...

Algo me dice que si en vez de una Andrea, Verónica o Gisela, la que llamó fuese una Graciela, Cristina o Noemí peor sería el pronóstico.

Igual le doy la derecha a Nefertiti acá. Por algo se llama pasado, no? El participio de pasar.

J. Hundred dijo...

*leandro molins! mi recomendación para los domingos, el único antídoto, es abrazar algo. cualquier cosa: un perro, una heladera, una vecina que anda en muletas, un mendigo. no mucho, eh, con cinco o diez minutos alcanza, otra que facebook.

*anónimo! milf, facefucking, tetas hechas, adicta al gym, venganza heideggeriana, hum, ajá. bueno, vamos a empezar el tratamiento con fosfovita y polper b12, dos comprimidos de cada uno cuatro veces al día, y cuatro capítulos de sex & the city por día, dos a la mañana y dos a la noche. paga en caja cuatro, retira por mostrador, me viene a ver en tres semanas. next!

*nefertiti! la gente del pasado debería quedar en el pasado, y la gente del futuro debería quedar en el pasado.

*viejex! quedamos así.

*leandro molins! yo le agradezco su generosa propuesta. no se ofenda, pero no estoy buscando amigos, y no compro números en ninguna tómbola de empatía. lo que hago es escribir un poco, lo demás no corre por mi cuenta. me permito citar un poema del venerable ciego que no aclara nada, pero es importante.

El cómplice

me crucifican y yo debo ser la cruz y los clavos.
me tienden la copa y yo debo ser la cicuta.
me engañan y yo debo ser la mentira.
me incendian y yo debo ser el infierno.
debo alabar y agradecer cada instante del tiempo.
mi alimento es todas las cosas.
el peso preciso del universo, la humillación, el júbilo.
debo justificar lo que me hiere.
no importa mi ventura o mi desventura.
soy el poeta.

*

*la niña z! siempre puede ser peor, el pronóstico.

Jazmin dijo...

Puf... recibí ese llamado del pasado. Lo creía perdido entre tantas vueltas que di. Sin embargo, el maldito me encontró. En forma de mail.
Y yo, que venía escapándole por años, que había inventado varios programas de protección de testigos, le hice frente y fui. Fiesta de 25 años de egresados.

La mayoría de las mujeres, bien. Los varones, hechos pelota. Menos 2. Los solteros.

Fui. Y el pasado, ahora, keeps smoking it.

J. Hundred dijo...

*jazmin! su comentario está dulcemente teñido de lo que podríamos denominar solidaridad de clase, complicidad de género. siguiendo idéntica línea argumental, yo podría asegurarle que, para que la mayoría de sus ex compañeras estén bien, tiene que haber hombres hechos pelota en alguna otra parte.

Diego Gutierrez dijo...

Generalmente el que recurre a los buenos viejos tiempos del pasado, es porque tiene un presente de mierda, que ademas, no se banca.
Facebook se hizo para eso, para levantar minas, para levantar tipos, para mostrale al mundo los viajes que uno hizo, para ver quien tiene mas amigos, quien es mas cool, y para que la mayoria tenga algo que hacer en la vida. Triste.
Por eso lo cerre ni bien me di cuenta que la gente recurre al pasado como si fuera la clave para lograr un futuro digno, o como decis vos, comprobar que uno al menos esta nadando en el mismo charco de mierda que los demas.