5.4.10

Otra etapa

Abrí mi corazón. A martillazos. El monótono sonido de metal contra metal. Y saqué una flor. Pero ella dijo que la flor era, bueno, algo de intrínseca naturaleza perecedera, la flor probablemente perdería su color.
Herví mi corazón. A trescientos cincuenta y dos grados de temperatura. En una olla de aluminio. Lo herví un rato largo, removiéndolo con un cucharón de madera manchado de tuco. Y después sí, lo apreté con todas mis fuerzas, hasta que salió una canción. Pero ella me dijo que la canción le sonaba a otra canción, a una melodía que había escuchado en otra parte, aunque no podía precisar en qué momento de su vida. Villa Gesell, tal vez.
Agujereé mi corazón. Usé el torno de un dentista, la lucha por doblegar la superficie, pasar del otro lado del material, y el desgarrador zumbido. El polvillo me empañaba la vista, me hacía estornudar. Finalmente, por el minúsculo orificio, goteó un poema, un poema de amor, aunque alguien dijo alguna vez que todos los poemas son de amor. Pero ella me dijo que no le interesaba la poesía, la poesía estaba fuera de su área de cobertura, con todo lo que tenía que leer para la facultad. Me mostró una pila de fotocopias, de apuntes.
Entonces me dijo que estaba apurada, que se tenía que ir. Ahí quedó mi corazón, sobre el parquet, pedazos de mi corazón, hervido, agujereado también.
Puse mi corazón en una bolsa de residuos (Asurin, cierra fácil, en rollo, precortadas, con manija ajustable, 52 x 65, mediana), y lo tiré. Ahora ando por la vida sin corazón, si me ves ni te das cuenta. Me va bien.

13 comentarios:

Jazmin dijo...

No soy de halago fácil (mentira, sí lo soy, pero sólo para quienes lo necesitan). Pero esta vez, Sr. Hundred, además de maldecirlo tengo que felicitarlo.

Ya veo que el CEAMSE está relleno con más corazones de los que uno imaginaba.

Lara dijo...

A mí tambien me va bien sin corazón... a veces extraño tener uno, aunque sea para que me vaya un poco mal.

Nefertiti dijo...

La vida sin corazón es definitivamente más fácil.
Siendo práctico y cerebral se avanza sobre todo y todos...

Mar dijo...

Usted es mi mentiroso favorito ¿se lo dije alguna vez?

Anónimo dijo...

A mí el corazón me lo han quitado varias veces, viví y aprendí a vivir hasta conseguir un donante, me pusieron en varias oportunidades corazones nuevos, fijesé que hasta hace poquito se encargaron de quitarmelo nuevamente, primero me lo pisotearon hicieron con el lo que se les cantó y luego lo tiraron por ahí, para que se lo coman los gatos.
Pero yo estoy aquí de pié, presente ya me recompuse, conseguí un corazón nuevo y está funcionando muy bien, seguiré asi hasta el último día de mi vida apostando.
Ya estoy entrenada fisica y mentalmente para someterme a trasplantes las veces que sean necesarias.
Es mi elección de vida, soy feliz de poder elegir.

Le mando un abrazo.

Yoni Bigud dijo...

El corazón no es un órgano estrictamente necesario.

Lo sospechaba, pero jamás me había atrevido a declararlo.

Un saludo.

HB dijo...

Lo espero en el Viejo Hospital de los Muñecos, Sr Pinocho.

No patine, no se fastidie. De eso se trataba en definitiva.

(Que no le rompan, además, las pelotas)

chica pastiche dijo...

"...desperté de un sobresalto
con el angustioso sentimiento
que tenía el cuerpo hueco,
yo tenía un gran boquete en el esternón
metí la mano dentro de mi pecho
y descubrí con gran horror
que sí..., que no... que es que yo no,
que yo no tenía corazón..."


Anduvo escuchando a Plá, Don Hundred?
Lo felicito, este me ha parecido uno de los mejores posts en mucho tiempo.

Ahora bien, en vez de tirar el corazón a la basura, le hubiera puesto un poco de ajíl, mostaza, y al horno.
Queda deli.

Mr. Kint dijo...

No es para tanto Sr. Hundred, si hubiese perdido otro órgano le aseguro que se le notaría en el semblante.

J. Hundred dijo...

*jazmin! sus maldiciones llegan con rigurosa periodicidad, así que su ínfima, módica, escuálida felicitación (una especie de kate moss de las felicitaciones) es bien recibida.

*lara! a veces a uno le va bien sin corazón, a veces a uno le va bien con corazón, a veces fugazzetta, a veces napolitana con ajo.

*nefertiti! es mi parecer, creo, que usted no me entiende. no menos cierto resulta que yo tampoco la entiendo. apenas una gota más en el inmenso mar del desencuentro. nada que deba preocuparnos.

*mar! yo esuché ‘gordo pelotudo’, pero quizás tengo un problema con el subtitulado.

*anónimo! la puerta es la que elige, no el hombre, diría el venerable ciego. un abrazo.

*yoni bigud! usted sabe muchísimo más de lo que manifiesta, yo diría que eso también es cortesía. un saludo.

*hb! ya dimos.

*chica pastiche! alguna vez, en charla de borrachos, me paré sobre la barra de un bar y canté, a los gritos, ‘adiós juventud’, los versos que me acordaba. terminamos todos a las trompadas, en esa oportunidad. fue mi modesto, pero no por eso menos emotivo homenaje al pueblo uruguayo. que usted me da ganas de ser uruguayo, sólo para sentarme en un bar a verla pasar, eso ya se lo dije.

*la cantante de plant! malicia no exenta de finura, una combinación que ya casi no se fabrica. en cualquier caso, su preocupación es perfectamente atendible.

Ann dijo...

Es curioso cómo se ha asociado al corazón con el amor, como no se puede vivir sin corazón no se puede vivir sin amor. Sin embargo, el amor tiene más que ver con pasión al inicio, donde el mencionado órgano no tiene mucho que ver y obsesión o hartazgo (dependiendo de caso) posteriormente, para culminar simplemente en odio o en olvido. Este último debe ser el más cruel de todos los sentimientos.
A Comprar ziploc, es más práctico.

J. Hundred dijo...

*ann! existe la posibilidad que usted sea, como tanta otra gente, una persona de lo más olvidable.

La lectora dijo...

El problema estuvo en que lo herviste en una olla de aluminio. Tal vez si lo dejabas en remojo en un recipiente de vidrio te iba mejor. Digo, igual ya es tarde, habrá que probar escribir con otros órganos.