23.4.09

No te asustes

Me hablan y yo muevo la cabeza, fijo la mirada, asiento, pero no, no escucho lo que me dicen. No me interesa.
Doy limosnas a quien me pide. A ciegos, a hombres en silla de ruedas, a mujeres echadas en la calle con cuatro o cinco chicos como una leona con sus cachorros en medio de la selva, a chicos que hacen malabares en las esquinas con una mezcla de tristeza e impericia, a chicos que tocan el acordeón, melodías que suenan apenas, como si las apagara la lluvia, pero casi no siento amargura porque es algo demasiado inevitable, es como si me pidieran que me preparara para un viaje a la luna, no sé qué llevaría.
Doy propinas a mozos demasiado cansados para recordar si les pediste agua con gas o sin gas, a mozas de culos todavía firmes y miradas que juran y perjuran que esto es momentáneo, que ellas tienen talento para hacer otra cosa, a gente que escupe ensaladas de fruta o se pasa el puré de calabaza por las axilas, porque jamás consideré la posibilidad que alguien tomara en cuenta lo que yo necesito.
Veo noticieros donde explican y desmenuzan las tragedias del día, un adolescente que viola abuelas de ochenta años y después les corta un dedo índice y se lo come con mostaza o ketchup pero nunca mayonesa, un hombre que cocina a su hijo de siete meses, lo mete en un horno para no escucharlo llorar porque está viendo el partido de la Copa Libertadores, un hombre que sale de noche a matar perros a martillazos, cinco o siete perros por noche, pero de día es profesor de biología, excelente esposo, buen padre, y yo digo ‘no lo puedo creer’, o ‘qué barbaridad’, o ‘mirá vos’, pero no me importa. En lo más mínimo.
Viajo en subte y alguien grita ‘¡me robaron!’, o viajo en colectivo y alguien se toma el pecho y cae muerto, justo al lado mío, o camino entre la gente y alguien es apuñalado para robarle un anillo que vale como mucho una milanesa en un bar de barrio periférico, y yo sigo con mi viaje, miro por la ventana, sigo.
Soy como vos, parecido a vos.

3 comentarios:

Yoni Bigud dijo...

No hay que asustarse, por supuesto. La gente distinta no es tanta. En ningún plano.

Un saludo.

Alelí dijo...

sin esa cuota de indiferencia y apatía no sería posible el mundo como está hoy...
besos interesados!

J. Hundred dijo...

*yoni bigud! no tan distintos, se llamaba la canción. un saludo para usted.

*alelí! promesas, promesas.