Una de mis fantasías más logradas, uno de mis castigos preferidos, consiste en suponer que todos son felices, menos yo. Que todo el mundo se encuentra viviendo unas vidas tremendamente interesantes, llenas de cópulas en posiciones todavía no inventadas, manjares, elíxires, atardeceres en la playa, saltos en paracaídas.
Sin embargo, por lo general, la gente la está pasando para la mierda, embarcada para siempre en alguno de los andariveles tradicionales que componen una vida.
Con el único alivio de una somnolienta falta de imaginación.
Sin embargo, por lo general, la gente la está pasando para la mierda, embarcada para siempre en alguno de los andariveles tradicionales que componen una vida.
Con el único alivio de una somnolienta falta de imaginación.
3 comentarios:
Claro señor... pero la falta de imaginación es una herramienta prodigiosa. Es el analgésico más potente que se conoce.
Un saludo,
Y yo me castigo pensando en que los demás tienen mucha imaginación, con lo que se consuelan de no estar, como yo, en cópulas magníficas, en pleno atardecer en Cancún, inmediatamente después de arrojarme en paracaídas. Pero claro, en esta rutinaria felicidad, no se me ocurre nada.
*yoni bigud! ha comprendido usted, casi perfectamente.
*caballero! fue lily tomlin quien dijo ‘the trouble with the rat race is that even if you win, you’re still a rat’.
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