24.7.08

Persecución

Voy a correr. No sé porqué. Correr es caminar, pero más rápido. Cuanto más rápido, más lejos se está de caminar, y más cerca de ser aceptado por la inconcebible secta de lo que se ha dado en llamar ‘deportistas’.
Lamentablemente para mí, quién sabe, no consigo una velocidad muy alejada de la caminata. Si mis rodillas hablaran me preguntarían, como una novia: ¿por qué me hacés esto?
El avanzar en ese estado de velocidad mínima, me permite escuchar de qué habla la otra gente que camina, la gente que también corre.
El 93% de las conversaciones son sobre comida. Estos sujetos hablan, mientras se mueven, mientras corren, de lo que comieron, de lo que comerán. Recuerdan. Anhelan.
Y es esta noción, tan arraigada por cierto, que cada premio tiene su castigo, que se debe sufrir antes o pagar después, pero que nunca existirá la posibilidad de arrancar un momento de la más pura alegría como quien descuelga un fruto de un árbol, con esa simpleza. Es esa noción, decía, lo que te dejará salpicado de un pestilente gris. No importa cuánto corras, no importa lo rápido que puedas correr.

4 comentarios:

Geoffrey Firmin dijo...

Ya lo decía mi abuela, en su inmaculada ignorancia, mientras agitaba la chancleta para estampármela en la jeta: "No corras que es peor!"

Yoni Bigud dijo...

Correr es una alteración del estado de cosas. Y por cierto, una bastante innecesaria.

Las alteraciones en el estado de cosas no son buenas. Sobre todo cuando tienden a acelerarlas.

Realmente usted ha logrado perturbar mi ánimo. Espero que ahora se sienta satisfecho.

Un saludo,

La condesa sangrienta dijo...

Le susurraré 'just do it' y esperaré su regreso de transpirada y merecida Niké. Lo llevaré a la cama al grito de ¡alcornoque! y usté dudando entre el dolor y el placer, no sabiendo si seré premio o castigo, se acostará, expectante, con los músculos convulsos mientras le coloco un corcho debajo del colchón.

J. Hundred dijo...

*geoffrey firmin! conociendo apenas pinceladas gruesas de su accionar de adulto, está claro que de niño usted debió ser un tasmania, así que punto para su abuela. yo creo que la frase que usted menciona (no corras que es peor!), estampada en una remera, sería genial para una caminata por un parque concurrido, por palermo quizás, una mañana de verano. lo que quiero decirle, geoffrey, es que puede hacerse usted millonario en el rubro textil, prácticamente de inmediato. leo la frase otra vez, e imagino la carita de los maratonistas de la nada, las chicas con glándulas mamarias excesivas que juntan los bracitos mientras corren porque sienten que se les puede desatornillar una teta, y mientras corren anhelan escapar de sus tristes realidades aunque sea por un ratito, las expresiones de esos pibes flacuchos, con el pechito de pollo y mirada reconcentrada, que pasan a toda velocidad como si les hubieran metido un turrón en la cola. geoffrey, yo sé que está mal lo que voy a decirle, y no es mi intención faltarle el respeto. geoffrey, su abuela me cae bárbaro.

*yoni bigud! epa.

*condesa! si usted me susurra ‘just do it’, finalmente vamos a saber si usted disfruta más correr o dejarse alcanzar.