No sé jugar a nada. No juego a las cartas. No juego al ping pong. Ni al fútbol, ni al vóley. Ni juego al dominó.
La ablación de lo lúdico es una de las cosas más tristes que te pueden pasar. Perfectamente comparable con un defecto físico, o la miseria extrema.
Es por eso que me puse tan contento la otra mañana. Cuando descubrí que podía jugar. Con las palabras.
La ablación de lo lúdico es una de las cosas más tristes que te pueden pasar. Perfectamente comparable con un defecto físico, o la miseria extrema.
Es por eso que me puse tan contento la otra mañana. Cuando descubrí que podía jugar. Con las palabras.
6 comentarios:
Y lo bien que juega, mi estimado y nunca bien ponderado.
Lo hace muy bien indeed, pero no sabe lo que se pierde (usted y casi toda la humanidad) al no saber jugar al básquet.
Igual lo amamos, querido.
En el campo de juego de las palabras, usté es un jugador de toda la cancha!
al prinicpio del texto pensé que no tenía razón, que si que sabe jugar a algo, jugar con las palabras! Y me encuentro que al final así lo dice. Aunque una cosa, no me cuadra que fuera "la otra mañana" cuando lo descubrió, me parece que este juego lo lleva con usted desde hace mucho y que lo disfruta :)
*bugman!
*roedor!
*condesa!
*stel!
*permítanme la ordinariez de una analogía, la grosería de un ejemplo. cuando una prostituta finge un orgasmo, se trata de un hecho absurdo, grotesco, extravagante, desprolijo, insincero. pero igual es cortesía, igual ayuda, y yo lo agradezco.
¡tarjeta roja para usté!
(permítame la analogía, psss)
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