15.9.07

Piolín

Estoy en la playa. Se me acerca un niño. El niño sostiene con ambas manos el piolín de un barrilete. El barrilete se mantiene firme, alto, muy alto, junto al sol cegador. El barrilete es un rombo dividido en cuartos; hay un cuarto rojo, uno verde, uno azul, uno amarillo. El barrilete tiene una cola de la que brotan triángulos como si fueran dientes. Los triángulos son rojos, verdes, azules, amarillos.
El niño se me acerca dando pasos laterales, avanza muy despacio.
–Señor, señor, ¿me ayuda?
Miro al niño, que no quita los ojos del barrilete ni por un instante. Yo también miro el barrilete, no puedo dejar de mirarlo. No sé qué es lo que precisa el niño.
–¿Puede sostener el barrilete? Es un minuto, nomás.
–Sí, claro –al niño se le debe haber desatado una zapatilla, o tal vez le pique la nariz. Quizás le duelan las manos y necesite un descanso. Me pasa el piolín con el carrete; llevamos adelante la maniobra con sumo cuidado. Hay viento. El barrilete tira para permanecer, indómito, en lo alto.
Ahora soy yo quien sostiene el barrilete.
Entonces el niño extrae una pequeña navaja del bolsillo trasero de su short. Y corta el piolín.
El barrilete corcovea en el aire, salta como un espermatozoide díscolo, y emprende una alocada carrera hacia el mar.
–Gracias –me dice el niño–. Es mejor así. Sabía que sería mucho mejor así.

3 comentarios:

Roedor dijo...

Ese niño va a tener problemas en la sociedad que vivimos. Digo, cuando sea adulto, si es que llega...

Tiene tarea en mi blog, juancito.

Anónimo dijo...

Sería incapaz de cortar el piolín, por más convencida que esté de que es mejor así.

Saludos.

J. Hundred dijo...

*roedor! es que la sociedad se come cualquier partícula de pureza. ¿tarea? ¿yo? la última persona que me quiso mandar a hacer tarea, todavía está internada en el Churruca. okey, ahí voy, ahí voy..
*morochia. tal vez lo importante sea descubrir, con módico entusiasmo, que algunas incapacidades tienen casi el mismo gusto que una capacidad. un saludo para usted.