11.8.07

Así

Entra una mujer al bar, y me da un puñetazo en el rostro. No ha dicho nada; todo sucedió demasiado rápido.
Una gota de sangre de mi nariz cae sobre el pocillo de café. Mi sangre es roja.
La mujer no me conoce, estoy seguro, no la he visto en mi vida. Tengo buena memoria.
Desde los tiempos antiguos los poetas han escrito que el amor es algo que te sucede, así nomás, sin explicación. Supongo que lo mismo vale para el odio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Alto, alto!
Esto ya se lo habíamos leído en otro posteo suyo y venimos los sábados por la mañana a leer originalidades