Me cruzo con un hombre que lleva media res sobre sus hombros. Acaban de sacar, con ayuda de otro hombre, la media res de un camión. El hombre debe caminar treinta o cincuenta pasos, hasta la carnicería donde entregará la mercancía. Va vestido de un blanco sanguinolento. Suda copiosamente.
Yo llevo mi birome en el bolsillo, y mis pensamientos.
Tengo intenciones de manifestar algo que me redima, de explicarle al hombre que yo también sostengo una pesada carga.
–Cuidado, gil –dice y sigue de largo.
Las tristes lecciones de contundencia de lo fáctico.
Yo llevo mi birome en el bolsillo, y mis pensamientos.
Tengo intenciones de manifestar algo que me redima, de explicarle al hombre que yo también sostengo una pesada carga.
–Cuidado, gil –dice y sigue de largo.
Las tristes lecciones de contundencia de lo fáctico.
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