18.4.07

Parecido al amor

El sujeto me increpa.
–¡Basura humana! –me dice– ¡Verónica nunca volvió a ser la misma! ¡Basura!
Lanza una escupida, sin duda dirigida a mi rostro. Por error de cálculo, el impacto se produce contra la solapa izquierda de mi saco. El sujeto se retira.
De más está decir que no conozco a Verónica; no sé quién es; no la he visto en mi vida. Se trata de un error.
Lo que me sorprende es que el odio esté hecho de un material en extremo resistente; algo capaz de trascender en el tiempo el suceso que lo originó, no menguar en su intensidad a pesar de tratarse de una confusión, algo cuya potencia admite la interpósita persona.
Debo entender, de una vez y para siempre, que el odio es un exquisito motor. Y debo mandar el saco a la tintorería, también.

4 comentarios:

Tango dijo...

Hola Juanín: Espero que no se haya contagiado, porque el odio no trae consigo nada bueno. O si no, pobre tintorerito.

Saludos bromados.

Bugman dijo...

Como ya dije en otro lado, pero yo siempre repito las mismas cosas, (total nadie me hace caso)el odio es todo un homenaje. La persona que merece nuestro odio, si se produjera toda una serie de circunstancias tal vez afortunadas o tal vez no, también podría merecer nuestro amor. Aunque también pienso que el amor no se merece, pero esa es otra historia.
Este comentario parece ser el perfecto ejemplo de la capacidad que tenemos algunos de no decir absolutamente nada en muchas palabras.

Anónimo dijo...

Y... la verdad que veo mas personajes en la anecdo-historia que los que figuran en los creditos... yo mismo he querido escupir a unos cuantos, me ha tocado querer ser escupido y ser realmente escupido, el problema no esta ahí, el problema radica sin lugar a dudas en Veronica y en las confusiones que fomenta.

J. Hundred dijo...

*bromoluz! no hay, en el caso que usted menciona, peligro alguno en el odio. los hermanos orientales abocados a los menesteres de la tintorería cuentan con un sagrado talismán, un demoledor conjuro que los hace inmunes a todo. consiste en repetir, catatónicamente, como un mantra: ‘non tendo’.
*bugman! así como, según sus propias palabras, usted exhibe cada tanto la indómita capacidad de no decir absolutamente nada en muchas palabras, eso implica, y a mí no se me escapa, que entonces tiene usted también la capacidad de decir absolutamente todo cuando hace silencio. esto es así por la ley natural de las compensaciones (aquello de que una chica con halitosis no tiene olor en las patas, etc.), el teorema central del límite, la ley de los grandes números, y el teorema del salame asintótico.
*pretérito! su sagacidad se exuda en el hecho que usted no se limita a las categorías básicas de peatón (escupir, ser escupido). usted sabe que hay situaciones en las que uno desea escupir, y situaciones en las que uno desea ser escupido, y eso hace que todo sea mucho más complejo. y el problema radica sin dudas en verónica, y en las confusiones que fomenta. pero era tan linda.
*gracias. a propósito de ‘gracias totales’, frase por la cual se le debiera entregar al cantautor contemporáneo g. cerati el premio nobel, aprovecho la ocasión para hacer un acápite. alcanzando desde ya mi desconocimiento en el campo musical ribetes de infinito, recomiendo de manera enfática escuchar el tema ‘pasos’, de soda stéreo. de ser posible, un día de lluvia. experiencia reveladora si las hay.