12.11.06

Querida

cuando la lluvia se seque sobre el asfalto indiferente,
cuando el fracaso justifique lo anterior (–sic–),
cuando ya no tengas tiempo para no tener tiempo,
querida

cuando no te acuerdes qué ibas a hacer con todos tus talentos,
cuando lo que salió mal sea mejor que lo que salió peor,
cuando te de el mismo susto un espejo que un consejo,
querida

cuando los domingos te caigan encima como macetas,
cuando te de miedo dormir con la luz apagada,
cuando no queden risas, ni quejas, ni nada.

cuando llores en el cine por cualquier beso
y te gusten las películas donde ganan los presos
y te espere la gotera, tus plantas, tu perro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

a una que está por entrar en la edad en la que, según dicen, se queda para vestir santos, y que aun no decide si revolear la chancleta es una buena opción, sí, le córre una gota de sudor frío justo por el camino que insinúa el espinazo