En la televisión entrevistan a un hombre más o menos conocido. El motivo de la entrevista, al parecer, es que el hombre volvió de la muerte. Así es como lo dice. Estuvo muerto, y volvió. Fue y vino. Tiene tatuado en el rostro una sonrisa que rebalsa, en indefinibles proporciones, imbecilidad y beatitud.
El hombre que volvió de la muerte dice que la experiencia lo cambió por completo. Dice que desde que volvió es otro; está distinto. Dice que no hay que tener miedo. Dice que está escribiendo un libro para contar su viaje, su cambio, su experiencia.
Lo que más me inquieta de sus palabras es que el viaje, su descripción, no difiere en demasía de cualquier viaje en subte.
El hombre que volvió de la muerte dice que la experiencia lo cambió por completo. Dice que desde que volvió es otro; está distinto. Dice que no hay que tener miedo. Dice que está escribiendo un libro para contar su viaje, su cambio, su experiencia.
Lo que más me inquieta de sus palabras es que el viaje, su descripción, no difiere en demasía de cualquier viaje en subte.
2 comentarios:
viajar en subte es la muerte.
*sí. claro que sí. eso es lo que traté, por la contraria, de decir.
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