Para la Navidad, para el año nuevo, la gente suele imbuirse de un benigno sopor, de una beata somnolencia. La gente se abraza, la gente sonríe, la gente se desea lo mejor de manera indiscriminada.
Si mi capacidad de percepción no me falla, y estamos en presencia de los mismos energúmenos con los que me ha tocado lidiar durante el tan tedioso como pretérito año, entonces debieran suceder acontecimientos algo diferentes.
Debieran, por ejemplo, como decía, recibir a Papá Noel y molerlo a palos, entre todos, golpearlo en el piso, y robarle las botas, y fornicar con alguno de los renos, para luego comerlo con guarnición de papas a la provenzal, y quemarle a Papá Noel la barba con un cigarrillo, y amenazar con fracturarle los dedos de la mano, uno a uno, uno por día, si alguien, no sé, la hermana, Mamá Noelia, no paga el rescate.
Perdón. Ya lo sé; me excedí. ¡Ya pedí perdón! No fue mi intención ser blasfemo.
Es por comentarios como éste, imagino, ahora que lo pienso, ahora que reflexiono, que desde hace un tiempo, no mucho, treinta años, tal vez, más o menos, que paso las fiestas solo. Muy solo. Tremenda y deliciosamente solo.
Si mi capacidad de percepción no me falla, y estamos en presencia de los mismos energúmenos con los que me ha tocado lidiar durante el tan tedioso como pretérito año, entonces debieran suceder acontecimientos algo diferentes.
Debieran, por ejemplo, como decía, recibir a Papá Noel y molerlo a palos, entre todos, golpearlo en el piso, y robarle las botas, y fornicar con alguno de los renos, para luego comerlo con guarnición de papas a la provenzal, y quemarle a Papá Noel la barba con un cigarrillo, y amenazar con fracturarle los dedos de la mano, uno a uno, uno por día, si alguien, no sé, la hermana, Mamá Noelia, no paga el rescate.
Perdón. Ya lo sé; me excedí. ¡Ya pedí perdón! No fue mi intención ser blasfemo.
Es por comentarios como éste, imagino, ahora que lo pienso, ahora que reflexiono, que desde hace un tiempo, no mucho, treinta años, tal vez, más o menos, que paso las fiestas solo. Muy solo. Tremenda y deliciosamente solo.
5 comentarios:
uno no puede ser franco todo el tiempo, de lo contrario se pasaría la vida explicando. uno necesita descansar, sonreir como si nada. Ud mismo lo dijo: el silencio es más delicioso que hablar... la mayoría de las veces.
Me pregunto si alguno de los indeseables imbuídos de esa superstición findeañera sabe a lo que se arriesga cuando nos dice livianamente "ojalá que se cumplan todos tus deseos".
&) anonymous: las personas que sonríen como si nada tienen la curiosa peculiaridad de sonreír. sonríen. pero es como si nada.
&&) bugman: ud. cuando remueve un post, educa, hace docencia. gracias.
&&&) bugman: dice ud. muy bien. pase lo que pase, ojalá que nunca se cumplan todos mis deseos. se lo digo yo, que algo me conozco.
La gente que yo conozco (sobre todo mis parientes) están, espiritualmente, más cerca del Petiso Orejudo que de San Francisco de Asís.
Sería un poco enojoso que sus más íntimos deseos se cumplieran. Por las dudas, ni siquiera lo menciono.
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