12.11.15

Cuando tenés luz derramás luz


La mejor forma de encontrar algo es acordarte dónde lo dejaste. Y buscarlo ahí.
La felicidad no existe. O si querés, para que no te pongas mal, la felicidad no es un estado. Son ínfimos chispazos que vos tratás de unir con tu precaria linterna en medio de la más oscura de las noches.
Hay gente que cree que viajar es importante. Que viajar tiene el milagroso efecto de volverte interesante de algún modo. Que por haber tomado un café en Estambul sos una persona que se ha tragado el mundo. Yo una vez por semana hiervo arroz, podríamos decir que sé todo lo que hay que saber del lejano oriente.
Correr es un sucedáneo de la religión. Si pararas por un instante, si vieras lo que sos, no podrías soportarlo. Tendrías que matarte, así que seguí corriendo. Estar quieto no es para cualquiera.
Existe el dicho, eso de ‘cuanto más hacés más hacés’, pero no es cierto. Podés probar, para entenderlo, que si dijeras cuanto más tenés más tenés, no funciona. Porque cuanto más tenés, más querés tener. La canilla hecha de vos será incapaz de llenar la bañera de todo lo que te falta.
Te vas a morir, no importa cuántos contactos tengas en el facebook, ni cuántos seguidores tengas en twitter. Suck that mandarin.
El amor tampoco existe. El amor de pareja, digo. Es una maniobra distractiva, poder culpar a alguien porque no hay queso rallado para los fideos, tener a quien decirle que no te gustó mucho la película. Podés querer a un animal, eso sí. Ahí no hace falta conceptualizar, es otra cosa.
Tenés que tener un vicio. Algo que te guste y contra lo que a su vez puedas luchar porque te hace mal. Esa tensión puede mantenerte entretenido por el tiempo que se ha dado en llamar, de alguna manera hay que llamarlo, vida.
Primero los animales, después los niños. El resto, el género humano en su totalidad, no vale gran cosa.
No se puede jugar a un jueguito que no cambia de pantalla.
Todo lo que desees molestar a otro es una reacción alérgica, una biológica respuesta de lo mal que estás. Te pica así, te rascás así.
Para poder deprimirte tenés que tener dinero. La gente primitiva, aquellos que no tienen la menor inquietud artística, mucho menos espiritual, están bendecidos por no conocer mayúsculas tristezas. Conocerán el dolor, pero no el sufrimiento. Podés llamarlo una suerte de universal equilibrio, podés llamarlo ley de las compensaciones. Como te resulte más cómodo, como más te guste.
Estar vivo no tiene un propósito, pero tiene sentido. Son cosas diferentes.
Los domingos después de las seis de la tarde, es normal que estés un poco triste.

11 comentarios:

Alelí dijo...

Es un comunicado de la mejor comunión de oriente y occidente. Pero con tanta verdad que simple y ahí en las yemas de los dedos se puede sentir un ratito nada más.

Lo de los domingos se cura con silencio y estrellas.

Viejex dijo...

Un profesor mío de la secundaria, un tipo al que admiré mucho y al día de hoy sigo lamentando su muerte, nos hizo leer entre muchas otras cosas el Eclesiastes. Esto que escribió hoy me recordó este pasaje:
Yo me dije: He aquí, yo he engrandecido y aumentado la sabiduría más que todos los que estuvieron antes de mí sobre Jerusalén; mi corazón ha contemplado mucha sabiduría y conocimiento. 17Y apliqué mi corazón a conocer la sabiduría y a conocer la locura y la insensatez; me di cuenta de que esto también es correr tras el viento. 18Porque en la mucha sabiduría hay mucha angustia, y quien aumenta el conocimiento, aumenta el dolor.

Notable como de costumbre, Hundred.
Saludos.

J. Hundred dijo...

*alelí! una vez, hace algunos años, una señorita me dijo ‘tu presencia es abrumadora’. y yo pensé que de algún modo me estaba elogiando, pero después me fijé en el diccionario y no. la saludo en silencio, bajo un cielo estrellado.

*viejex! lo que su profesor de secundaria le hizo leer, lo que usted leyó, lo que yo repito: porque en la mucha sabiduría hay mucha angustia, y quien aumenta el conocimiento, aumenta el dolor. debe ser de las cosas más geniales que yo haya leído (y créame que he leído) en los últimos diez o quince años. gracias, lo saludo con respeto.

Juan Sebastián Olivieri dijo...

¡A bueno! Complementando el anuncio "Te vas a morir...", agregaría "...Exigir la inmortalidad de un individuo es querer perpetuar un error hasta el infinito", como decía mi amigo personal Arthur, el alemán.

1 saludo Juan!

Marina dijo...

Creo que lo amo, qué dolor!

Dany dijo...

"Tenés que tener un vicio". Ahí si que derramó luz! Abrazo.

J. Hundred dijo...

*juan sebastián olivieri! punto para arthur, claramente. lo abrazo.

*marina filoc! en una bellísima canción de hace algún tiempo, el señor d. frenkel cantaba aquello de 'hacete amigo del dolor...'. aunque daba la impresión, mucho me temo, que el tipo parecía sugerir la importancia de hacerse romper el orto. quiero decir, era evidente que el tipo estaba en otra cosa. pero la canción era muy bonita, eh. usted me piace, como se dice en la jerga militar: sin causa. le mando un beso en la frente.

*dany! si no tenés un vicio, se dificulta mucho entender tu paso por la tierra. lo abrazo.

Malena Q dijo...

es usted un romantico, el vicio como medio que te mantiene ahi al borde de la autodestruccion y la autoconservación, que linda la ilusión

J. Hundred dijo...

*malena q! quizás sea yo un sujeto dotado de una sensibilidad superior. tengo también alguna otra virtud, pero hace a la vida privada de las personas. algo que tiene que ver mucho más con la voluntad que con el talento. la saludo con cariño.

Marina dijo...

Descubrí todos los comentarios juntos, Hundred. Como se dice en la jerga, nada es mejor, nada es igual. Besoreja.

J. Hundred dijo...

*marina filoc! la abrazo, la abrazo y no la suelto.