18.8.13

Gitano


         Tengo una capacidad, un don, llamalo como quieras. Es una habilidad extrañísima, de lo más particular. Te explico.
         Te leo la suerte, te adivino el futuro, y te cuento tu pasado, no, no te lo adivino, tu pasado ya pasó, no hay nada que adivinar. Pero te cuento de tu vida cosas que te pasaron, para que veas, al mismo tiempo, mi habilidad para decirte el futuro. Sí, sobre el tema que vos quieras, sobre lo que a vos te angustie o quieras saber. Pero no, pará.
         Es como las gitanas, claro, pero no, no te leo la mano. Es un poquito más complejo. Te tengo que meter la nariz en la concha. Así, ya te lo dije, te puede parecer un poco brusco pero te lo dije, de una.
         Te meto la nariz en la concha, y te tengo que respirar adentro, sí, adentro de la concha, claro. Es un minuto, o dos. Lo tengo calculado por reloj. Te acostás en la cama, apoyás las plantas de los pies, bien al borde, rodillas flexionadas, piernas abiertas, como si fuera el examen de una consulta ginecológica. Yo me arrodillo al costado de la cama, y te meto la nariz en la concha. Vos no hacés nada, y yo tampoco hago nada. Cierro los ojos y respiro, respiraciones pausadas.
         A los dos minutos salgo, saco el hocico del interior de la vagina misma, y ahí sí, me siento al costado de la cama y te contesto lo que quieras durante unos veinte minutos, media hora.
         Me podés preguntar lo que quieras. Por qué te dejó tu ex marido, o si tu hija va a conseguir trabajo. Me podés preguntar si hay vida después de la muerte, si fuiste princesa en alguna vida pasada, si vas a vivir alguna vez en un departamento que no sea contrafrente, si no bajás de peso porque lo tuyo es hormonal.
         Me preguntás lo que quieras, y yo te contesto.
         No, bueno, te digo la verdad, casi nunca la pego. No sé qué carajo te pasó en la vida, ni me importa. Mucho menos lo que te va a pasar.
         Pero puede suceder que después de haberte estado respirando un rato adentro de la concha, bueno, te agarren ganas de coger. Me pidas que ya que estamos te la ponga un ratito, y eso nos va a hacer sentir mejor, a los dos, casi de inmediato. No te cobro nada, qué te voy a cobrar.

10 comentarios:

Pipipi 7 dijo...

jajajaja "qué te voy a cobrar"
menos mal que dijiste que si estaba todo bien garchaban, si no ya estaba dudando tu sesualidad. digo, meterte a oler nada más, creo que tu don en realidad es el de no caer en la tentación.
hablando del tema, qué feo es que te hablen del futuro, me tiraron las cartas y me cagaron la vida. pero bue, eso siempre pasa...

J. Hundred dijo...

*nele! hablando del tema también, a usted le tiraron las cartas y le cagaron la vida, a mí me tiraron la goma y a punto estuvieron de cagarme la vida. quiero decir, la piba tiraba la goma más que bien, pero era una basura inmunda, un repugnante ser. los caminos del señor son infinitos, so to speak. la saludo.

Anónimo dijo...

usted deberia dictar cursos de Sommeliers de conchas le veo futuro a esa carrera

Yoni Bigud dijo...

No veo por qué no habrían de prestarse al experimento siendo que todo el esfuerzo lo pone usted. Es un método austero y generoso para mejorar el futuro, pero, si me permite, destinado a la más brutal incomprensión.

Un saludo.

J. Hundred dijo...

*anónimo! creo que no habría que mentirle al alumnado, a esa juventud maravillosa, prometiéndoles extensas carreras de rango universitario. lo mío sería una tecnicatura, con salida laboral desde ya, brindando conocimientos de indubitable practicidad para los más diversos ámbitos y situaciones. me atrevería a decir, para la vida.

*yoni bigud! una de las frases que me marcó como un postre balcarce, fue cuando la madre teresa de calcuta dijo aquello de ‘hay que dar hasta que duela’. ese ha sido todos estos años mi norte, mi luz, mi guía. lo saludo con afecto.

Lucía dijo...

Yo quisiera saber que me depara el presente, porque ni yo lo se.
O el futuro, si es que existe, en su defecto.
Pero no creo en las brujas.
¿Usted dice que podría probar con usted?
Un abrazo

Pipipi 7 dijo...

cuidao con el bicho!

J. Hundred dijo...

*lucía! mire, quiero ser sincero con usted. el tratamiento le puede resultar un poquito invasivo, al principio. pero no tiene contraindicaciones ni stress postraumático, quiero decir, nada que no se pueda quitar con una buena ducha. 1abrazo.

*nele!

Mr. Kint dijo...

Bien, usted me ha dicho que tiene una nariz particular que la anda metiendo por donde no lo llaman, por lo más recónditos sitios. Ahora entiendo mejor.
Ya lo decía el gitano: "una guitarra y una cachufla para poder cantar".
Un abrazo.

J. Hundred dijo...

*mr. kint! aquella prepotente canción, ‘alma de bohemio’, con su arranque tan pero tan particular: peeeregrinooo y soooñadooor. uno podría cantar, sin alterar en nada el sentido de las cosas, gritar, para ser más exacto, algo como : pijudo y narigón. un abrazo.