10.3.12

Bajo este cielo

Buenos Aires, 27 de Diciembre. Calor. Mucho calor. Buenos Aires con calor es lo peor que te puede pasar, es peor que vivir con una tribu de pigmeos en Nueva Guinea o combatir en Saigón. Buenos Aires con calor es un catálogo de barbaridades, es todo eso y muchísimo más.
Cuando hace más de veinte grados a las siete de la mañana, es porque va a hacer más de treinta grados el resto del día. Es como ir a una pizzería y recostarse un rato adentro del horno, es como pedirle a un bombero que te deje sentarte a leer un rato en el sillón de un living que se incendia. Buenos Aires con más de treinta grados es el horror de estar vivo.
Me visto. Pantalón, camisa. Saco el gamulán. Un gamulán que trajo mi abuelo de Polonia. Tiene, el gamulán, un peludo forro de piel de oso, de búfalo quizás. Está diseñado, el abrigo, fue pensado, para ir a hacer las compras en Varsovia, para tomar unos vodkas con Lech Walesa, algo así.
Me pongo el gamulán, cierros los gruesos botones de ese material tan característico, tan particular. Me pongo una colorida bufanda también, enroscada al cuello, y salgo.
Hago mi vida, voy y vengo. Tomo un colectivo, desayuno en un bar, camino unas cuadras, compro una pomada en Farmacity, pago un impuesto, lo normal.
La gente me observa con resquemor, pero yo estoy de un impecable humor, pago, sonrío, pregunto por una calle, mastico un alfajor.
Finalmente, mientras aguardo en una esquina que el semáforo cambie de color, para cruzar, se me acerca una señora. Tendrá unos cuarenta y pico de años, bien vestida, usa un correcto trajecito color marfil, lleva una cartera, no, un maletín.
–Señor –me dice–, disculpe, pero hace calor. ¿No le parece que hace calor? –Me observa a una distancia de dos pasos, por las dudas. Yo llevo todo el día sin parar de transpirar.
–Tiene usted razón, señora –digo–. Lo que equivale a decir que está usted en lo cierto. Pero últimamente me parece que la gente es tan mala y tan boluda, siento tan poco en común con el resto del género humano, que no me alcanza con no ver fútbol ni los programas de entretenimientos que todos miran, ni negarme a ir de vacaciones donde todos van de vacaciones, ni rechazar hacer compras con descuento de lo que todos quieren comprar con descuento. Creí que con eso sería suficiente, pero no, no es suficiente. No quiero tener que compartir ni un climático fenómeno con el resto de la humanidad.

12 comentarios:

A.Torrante dijo...

Para este invierno tengo una oferta, aunque si quiere se lo cobro a precio tarjeta, de dos trajes de baño, un par de ojotas y remera ballenera, a sólo $150. Una bicoca para poder disfrutar tanto sufrimiento.
El portero de Cucha-Cucha al 300 (viendo su afecto por las perras salchicha) ofrece darle un manguerazo cuando está baldeando. Eso sí, bien temprano, ni bien aparece la escarcha.
PD: si quiere le incluyo una gripe.

yaz! dijo...

lo entiendo.a mi tamnien me pasa.ahora me resulta extraño,que solamente una mujer se le,haya acercado a preguntarle el porque de su accionar.y no haya mencionado que le gritaran cosas al estilo de "loco,sacate eso",quizas alguanas costumbres se van perdiendo.

mis mas sinceros saludos.

Anónimo dijo...

¿No encontró otra forma de renegarse con la que se cague menos de calor?

J. Hundred dijo...

*a. torrante! que nos vaya bien a todos.

*yaz!! es probable también, por antropométricos motivos, que a usted y a mí se nos acerquen personas diferentes, a decirnos cosas bien distintas. 1saludo.

*lucy in the sky! se lo digo en un lenguaje que quizás le resulte más comprensible, más afín: por favor, pichona, no me patee el trípode.

Anónimo dijo...

Saunambulante

Mecha dijo...

Usted me recuerda a los monjes que usan cilicio para castigarse por los pecados que pueda llegar a tener el resto de la humanidad.

Yo en cambio ya ni siquiera trato de diferenciarme. Me alcanza con mi conciencia...

Dany dijo...

Nada puede ser un sacrificio si el objetivo es la desmasificación. Lo digo yo que no aguanté ver el show de Roger Waters de espalda.....en fin.......un tibio resulté.

Mr. Kint dijo...

Para estar a tono con la temática del momento (la de Etchecopar no, la de Waters)parece que esta aparente locura suya no es más que otro ladrillo en la pared, su aislamiento, en ese rechazo al género humano, esa misantropía tan Hundred.
Yo intento algo similar; si nos cruzamos en el subte podremos reconocernos en silencio; usted es el abrigado con lentes de sol, yo soy el extraterrestre que va sonriendo.
abrazo y saludos.

J. Hundred dijo...

*ines table! yo diría que se trata de un calor con alto contenido filosófico.

*mecha! la frase ‘me alcanza con mi conciencia’, en términos espirituales, resulta absolutamente desafortunada.

*dany! aún mucho antes que ‘the wall’, cantautores argentinos expresaban tan similares como existenciales angustias, con una poética superior. le dejo una aproximación para el análisis.
http://www.youtube.com/watch?v=Uzng86t1XiU

*mr. kint! uh, qué alivio verlo por acá. pensé que se me había ofendido y ahí sí que quizás era hora de ir cerrando el kiosco. si nos cruzamos en el subterráneos, tenga cuidado en cómo se me acerca. mi primaria reacción ante la más mínima requisitoria, sería sentarlo de una trompada. defensa propia, creo que así le dicen. un abrazo.

Zeithgeist dijo...

la verdad, prefiero ponerme en rebelde buey con cosas menos dolorosas que LA CALOR de capital federal.. Pero esta perfecto, cada uno con su bandera!

Angel dijo...

Coincido.

Mucha Salut!

Dalilasearrepintio dijo...

Que excelente!!! pero no pensó mi amigo, en que también comparte el aire con el resto de la humanidad mala y boluda? particulas de aire que salieron de esas narices malas y boludas que inundan nuestro ser? Ese pensamiento es aterrador...