15.11.11

In grasa

–Es bastante sencillo, no hay que darle demasiadas vueltas al asunto, está todo inventado –la doctora estaba sentada, recostada contra el respaldo de una silla que daba la impresión de quedarle grande. A decir verdad, todo parecía quedarle grande: el despacho, el delantal, incluso su propio cabello, tirante y recogido, peinado hacia atrás, probablemente con gel. Debía pesar, la doctora, como mucho, cuarenta kilos.
–Para bajar de peso, y lo que usted necesita es bajar de peso –quizás le pareció por un momento que había dicho algo gracioso y se rió, apenas, una ínfima carcajada, un sonido muy parecido al graznido de un ave–, para bajar de peso se trata de no comer hidratos de carbono, no comer azúcares, y no comer grasas. Y no, desde ya, ni bebidas gasificadas, ni mucho menos alcohol.
Siguió.
–Usted deja de comer esas cosas, hace actividad física una hora por día, se mueve un poco, y baja de peso. Si se fija bien es fácil, usted reeduca su mente, cambia sus hábitos alimentarios, y baja de peso. Fácil, fácil –asintió varias veces, golpeteó la parte de atrás de su birome sobre el metálico y algo descascarado escritorio. Se le marcaban mucho los pómulos y las venas del cuello, le latían las sienes, uno casi podía delinear su calavera por debajo de la piel.
–Doctora –dije–, tiene usted la curiosa dualidad de representar, prácticamente, todo lo que odio de la medicina y todo lo malo del género femenino, al mismo tiempo. Usted es un asco de persona, refugiada en su precaria ciencia hecha de contar kilos y medir panzas. Cree que sabe algo de algo, cuando, es demasiado evidente, no sabe nada de nada. Se siente protegida de todo lo malo del mundo por su delgadez, y no advierte que es usted prácticamente traslúcida, etérea, vacía de contenido. Mi perro podría voltearla con una pata, aunque dudo que ni siquiera él se sentiría tentado de cogerla, porque mi perro tiene buen gusto. Estimo que la totalidad de su menstruación no alcanzaría para pintar una uña de un chihuahua. Tiene usted menos atractivo que un ficus, y desde ya menos capacidad intelectual. En lo personal, obtendría más placer en fornicar con una tira de asado. ¿Hace cuánto que alguien no la abraza? ¿Hace cuánto que no se ríe a carcajadas hasta que se le llenan los ojos de lágrimas? ¿Hace cuánto que no come un pedazo de mantecol con la mano? Para resumir, doctora, para no hacerle perder tiempo, debería usted saber que si se le saca a alguien todo lo que le gusta, todo lo que le da placer, no queda nada. Sin harina, sin grasa, sin azúcar, sin alcohol, ¿cuál es su idea? ¿Que chupe un azulejo de la cocina antes de acostarme? ¿Que me frote el prepucio con una galleta de arroz? Pero quédese tranquila, doctora, no hará falta concurrir a ningún cementerio el día de su muerte. Usted cabe en ese cajón de su escritorio, al lado de la abrochadora, su entierro será de lo más práctico.
La doctora, algo temblorosa, se puso de pie, salió del consultorio y se encerró en el baño. La escuché llorar mientras me iba, por el pasillo.
–¿Necesita un turno? –Me dijo la pibita de la recepción. Leía unos apuntes de contabilidad o psicología, las tetas recién operadas, 350 megahertz de cada lado.
–No –le dije– ¿Cuánto me cobrás por hacerme una paja en el ascensor? ¿No sabés dónde hay por acá un local de empanadas?

14 comentarios:

Juan Sebastián Olivieri dijo...

"...Si se fija bien es fácil, usted reeduca su mente..."

Y te lo dicen así, como si nada.

digo yo...¿Por qué no se va bien a lareputamadrequelaparió?


¡Chau Hundred, me calenté!
Ah... ¡Te felicito! Te felicito porque lográs espantar la indiferencia; y eso es mucho.

Alelí dijo...

AHH justo venía con un temita de esos en la cabeza, qué hacer con mis kieletes demás?

y claro esa pelotudez lo sé yo leyendo la revista cosmogolican de cualquier mes, el punto es que no me dan ganas de reducir mi ingesta de esos alimentos o bebidas bajo ningún concepto...hola redodeces!

ya sé que no te interesa pero es que nunca se me hubiera ocurrido ir a un médico, en primer lugar y por lo tantos menos que menos vomitarle tanta verdad.

lo admiro.
saludos!

yaz! dijo...

si ser flaco fuera sinonimo de ser feliz,la mina no se hubiera largado a llorar,le habria escupido una sonora carcajada en su redonda cara.
mis mas sinceros saludos.

Mar dijo...

Gracias
Me hiciste recordar cuáles son las cosas importantes de la vida.

Yoni Bigud dijo...

Yo jamás llego al médico con esa clase de dilemas. Pero si algún día se me ocurre traicionar(me), voy a soltar un rollo muy parecido a este que usted describe. Es un compromiso que asumo.

Ah, y de paso me voy a hacer tirar la goma en el ascensor. Esto también. Secretarias con buenas tetas siempre hay, pero si no abordaré a alguna paciente que esté esperando su turno.

Un saludo.

Mecha dijo...

Che... me dió pena la pobre Doc.

En realidad me dí pena yo, que hace "tanto" de niguna de las mismas cosas, y sin embargo estoy gorda....

Eso sí, el alcohol, los azúcares, los hidratos y las grasas, no las dejo por nada.
Lo que me lleva a preguntarme, si no estaré así por eso mismo......

Y si estamos para sumar un problema adicional, yo diría que ese es que hay pocos "secretarios".

ana dijo...

no entiendo lo de las empanadas...

Dany dijo...

Brillante Juan! Lo invito a un asado (sin ensalada) con tinto y gaseosa. Bonus chocotorta. Luego si quiere, puede quedarse semi dormido babeando.
Secretaria no tengo.....pero bueno.....el microcentro está lleno.
Abrazo!

Anónimo dijo...

ja, y la mina le quería reeducar la mente! Qué queda para los modales... en fin, unas empanaditas, todo bien, pero que sean diet porfi...

J. Hundred dijo...

*juan sebastián olivieri! logro espantar la indiferencia, pareciera que no me sale tan bien con los boludos, la boludez en general.

*alelí! los hados no me han concedido la suerte de conocerla, pero se comenta en la cyberbobósfera que está usted entera como el yogur. y no, usted no me admira, sólo practica conformarse. va a ver que cuando baje dos o tres kilitos se le pasa. 1saludo.

*yaz!! lo vamos viendo.

*mar! ingrata labor la mía. para eso estoy.

*yoni bigud! estimado, le pido por favor que no se me haga el rolinstón. he visto íconos de la cultura moderna (me resisto a dar nombres) ponerse plastilina en la carucha y pelito de muñeco, sólo para poder escopetearse una borriquita más, después de medianoche, a la salida de la radio. quiero decir, que el tema de la fatiga de materiales, la decadencia y caída, le pega a las mentes más brillantes también. ahora sí, un respetuoso saludo.

*mecha! pero mamucha, comuníquese por favor por línea privada. coloque, si es tan amable, en el campo ‘asunto’ de su mensaje, la siguiente encriptada inscripción, secreta clave, para que nadie advierta sus intenciones: matraca.org.

*ana! que nos vaya bien a todos.

*dany! muchas veces, la legión de chicas que se comunican conmigo, se confunden. se fastidian un poco desde ya, al conocerme. perciben, intuyen, que pasado un breve intervalo, por lo general no superior a los 14 minutos, yo les indico, desde lo gestual, desde lo actitudinal, desde lo volitivo, que ha llegado la hora de coger. y, es natural, se ofenden, se ponen mal. me dicen cosas muy profundas, muy elaboradas, como ‘vos lo único que querés es coger’. y a mí me da pena decirles que no, que de ninguna manera, que por lo general es incluso probable que yo ni siquiera tenga excesivo apetito de cogerlas. pero cualquier esfuerzo es mejor que escucharlas decir lo que dicen, contar lo que cuentan, en definitiva, hablar.
le comenté todo esto para decirle que no veo inconvenientes, pareciera perfectamente potable comer un asado con usted. no hace falta coger, usted califica para la práctica discursiva. un abrazo.

*tecontaretodo! reeducame esssta, quizás debí contestar.

Mr. Kint dijo...

Creo haber escuchado a Dalmiro Sáenz (del cual no tuve la fortuna de leer nada suyo) hablar de lo terrible que resulta el fascismo de los sanos. Aquellos que incluso se atreven a lucrar con eso llevan el concepto a otro nivel.
La OMS ha dictaminado que para un que hombre pueda considerarse sano le deben acariciar el sogán al menos día de por medio. Aunque puede usted requerir en nombre de la sanidad, y siguiendo las pautas de los pseudo Cormillots, las seis sesiones diarias que recomienda cualquier especialista. Las prepagas deberían asistir en esto, ya sabe, atender por OSDE y por ONGA.
saludos y un abrazo.

J. Hundred dijo...

*mr. kint! usted menciona al señor dalmiro sáenz. notable escritor, exquisita la frase. en alguna oportunidad, no sé cómo los habían reunido para alguna charla, y el señor abelardo castillo lo miró con afecto, a dalmiro, y le dijo: pero cómo puede ser que no escribas más cuentos, vos que nos enseñaste a escribir cuentos a todos. una más: en algún programa de tv, hace muchísimo, se hablaba en contra de las drogas. lo típico, dos locutores, un hombre y una mujer, un panel de pavotes, todos llenándose la boca de sentido común, pontificadores de generalidades. uno de los invitados, uno de los entrevistados, era dalmiro sáenz. le preguntan entonces, a dalmiro, qué opina de las drogas, para que el tipo diga lo de siempre, que es un flagelo de la humanidad, que es el diablo hecho sustancia, en fin. el tipo dice ‘bueno, depende de la dosis’. gente del panel se horroriza, gente del panel tose, el locutor le repregunta, balbuceante, para que aclare, para que corrija. el señor dalmiro sáenz, según recuerdo, respondió más o menos así: bueno, el nesquik es lo más sano del mundo, pero si te comés 5 kilos de nesquik, te morís.
qué más, ah, sí. según el criterio de la oms que usted enuncia, yo, sacando quizás una semana de verano en el villa gesell de mi adolescencia, no he estado sano. nunca. 1abrazo.

*[noparanoia]! que sea, entonces, silencio.

Anónimo dijo...

los suicidios en masa antes se llevaban adelante al menos por una (falsa) creencia ... pero ahora me imagino cayendo por el barrando tras una Muzza…
Después de tanto criterio de salud expuesto, tanta represión alimenticia en nombre de la delgadez, solo espero que el criterio expuesto por Mr. kint para el amigo sogan...no sea aplicable al mundo femenino...porque entonces, ni siquiera estoy enferma...TOY MUERTA.

Muy bueno tu blog Juan.
Maria

Carla dijo...

¡Ayyy, me causaste bronca!
Pero te juro, qué ganas de putearla de una manera me dan, ya que a mi me pasó una vez.

La tipa me acusó de drogadicta compulsiva y con mi mamá, que estaba a mi lado, la miramos re sorprendidas. ¡Lo peor es que la médica -una vieja depresiva resultó ser- seguía afirmando que yo era una drogadicta!
Claro, porque con solo verme a los ojos se puede comprobar que consumo drogas con mis compañeros, a qué hora, dónde y cómo.
¡Por supuesto! Es demasiado compresible: consumo drogas, como vos decís, ¿no querés un poquito?; acusame nomás, gorda puta.
Creo que está más que decir que mi mamá salió ofendisdísima y que no cree que mantengo un vínculo de dependencia a las drogas. Bah, eso creo que cree ella.

Y nada, nos dio muchisima bronca. Pero nos quedamos en el molde, hasta ese momento no me habían acusado de drogadicta. Me hubiera encantado mandado a la putísimareconchadelalora.
Ahora que lo pienso tal vez me acusó para que no me atreviera a meterme en su negocio, quién sabe si ella no es la que consume psicofármacos (y... estaba re loca, no sé.).