28.3.17

The times they are a-changin, cantaba Dylan


Durante un tiempo fueron las tetas. Tetas todo el tiempo, lo único importante sobre la faz de la tierra eran las tetas. No podía pensar en otra cosa. Veía tetas, soñaba, con tetas. Las tetas asaltaban mi imaginación, mi mente, sin importar la circunstancia. Quería ver tetas, tocar tetas, apretar tetas, chuparlas, mordisquear esos pezones de un rosa pálido, o color cremita, grandes como hamburguesas, incluso los pezones negros y chiquitos de araña. Quería que me apoyaran las tetas en la nuca, oler tetas que recién acababan de amamantar, que me pajeen, con las tetas. Necesitaba ver mujeres bañándose, lavándose las tetas, comer delante de mujeres en tetas, pajearme con una mano (con qué querés que me pajee), mientras con la otra mano tocaba una teta.
Después vino un período de culos. Los culos tomaron la totalidad de mi atención, se volvieron la obsesión de mi atribulado ser. Quería culos, culos de cualquier grupo y factor. Culos endurecidos de chicas que trotaban o hacían gimnasia, culos de gorditas que desbordaban de las bombachas, culos que se derramaban pero que se podían apretar con énfasis, culos cortos que quedaban tan pero tan bien en cuatro patas. Quería culos, cualquier culo, oler culos de chicas jovencitas, quería coger, culos, claro, meter la primer falange de un pulgar en algún culo y quedarme así, como si fuera para mí una meditación, un mudo mantra. Quería meter la nariz en algún culo y respirar adentro, chupar culos también, meter la lengua hecha un cartucho y sentir la aterciopelada textura del culo, la vibración. Necesitaba eyacular, sobre culos, sobre nalgas apenas entreabiertas, untar culos con aceite Johnson’s para niños y meter un dedo o dos, o la garompa, ya lo dije.
Pero ahora no, ya no. Desde hace un tiempo a esta parte. Así que no te preocupes, no te des manija con tal o cual imperfección, de tus tetas, de tu culo, estrías o várices, granos, el paso del tiempo en general, la decadencia y caída, fatiga de materiales. No tiene la menor importancia.
Ahora lo único que me interesa es que te vayas. Sí, que te vistas, claro, y que te vayas.

*https://www.youtube.com/watch?v=e7qQ6_RV4VQ

6 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Tiene mucho sentido que alguien tenga algunas de esa dos obsesiones, inclusos ambas. Son deseos muy humanos y no exclusivamente humanos, también de demiurgos, mutantes, etc.
Claro que puede cambiarse de obsesiones. Un efecto del paso del tiempo.

Lo de no importa tanto las imperfecciones, un poco las menciona. Aunque va para otro lado.
El giro argumental, una vez más planteado brillantemente.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Es como el truco de los magos. Dejan al público con el deseo de poseer las ayudantes, en ese mismo lugar, en ese mismo momento. Que el truco se escapa a la atención. Y ahí, la sorpresa.

Saludos

Jorge Aureliano dijo...

Vea Juan que usted dejó la prioridad de las tetas y los culos, esas obsesiones se desvanecen por lo general, pero lo inclaudicable es la concha. Nunca se deja de querer concha.

Pero llega un tiempo que ni se coge ni se ama, solo se recuerda. Diría mi abuelo, padre de 15.
Saludos.

J. Hundred dijo...

*el demiurgo de hurlingham! humano, demasiado humano, dijo el señor friedrich nietzsche. o funes mori, ramiro, no recuerdo bien. 1saludo.

*el demiurgo de hurlingham! 1saludo.

*jorge aureliano! la frase, lo que dijo su abuelo, es realmente de una calidad superior. 1saludo.

Frodo dijo...

A mí me parece que Ud. esta vez fue un cagón, y ni siquiera se animó a mencionar lo que *Jorge Aureliano. Claro que yo tampoco lo menciono, a veces soy tan cagón como Ud.
Acertadísimo el título. Los que entregan el Nobel dicen que Bob Dylan es igual de cagón.

Abrazo!

J. Hundred dijo...

*frodo! quedamos así.