24.2.15

Grageas


Pensé que se podía ser feliz. Pero no, no es posible ser feliz. No se puede. Y en ese descubrimiento habita algo, no sabría decirlo con exactitud. Una suerte de comodidad que bien podría ser un sucedáneo de la felicidad.
Para que lo puedas entender, si habláramos de ropa, sería una segunda marca.
(de ‘Fuera de tu shopping’)

La mujer en la vereda, habla con una vecina. Dice que, desde que se divorció, compró un perro. Tira de la correa, y sonríe. Dice, arreglándose su horripilante cabello, que no le falta nada, que se acabaron las discusiones, que tiene todo lo que podría necesitar.
Así que miro al perro. Tiene, el perro, la mirada que tantas veces he visto en oficinas. La mirada de un marido que sólo piensa en escapar.
(de ‘Complicidad de género, solidaridad de clase, y algunas otras barbaridades’)

Si se espera el amor, el tiempo suficiente, vendrá el amor. Pero, tal vez, por haberlo esperado el tiempo suficiente, todo lo que fuera necesario, cuando venga el amor, será un fastidio. Después de haber permanecido en una sala de espera, cualquier cosa que nos diga el doctor nos molesta.
Y al salir del consultorio, al volver donde quiera que sea, no podemos quitar de nuestra mente a toda esa gente que en la sala de espera, espera y espera.
(de ‘Bienvenido, bienvenido amor, decía la canción’)

Me sirvo otra porción. De pizza. De roquefort. Y con la fugacidad hecha de instante, de ranura de tiempo, de ese material inasible y mercurial que dura un parpadeo, comprendo el significado de la letra de la canción ‘Color esperanza’.
Esperanza. Verde. Roquefort. No es que te considere tonta, te lo explico porque creo que ni el autor sabía a qué se refería, de qué estaba hablando.
(de ‘Nanána nanána, naná ná nanána’)

Aquellos desgraciados que han tenido la oportunidad de leer lo que escribo me dicen, a veces, que mi personaje es más interesante que la persona real. Hacen entonces una pausa donde entraría fácilmente un camión de expectación, como si acabaran de descubrir la vacuna contra el acné juvenil. Y yo no sé qué contestarles. Sobre todo porque, por lo general, ellos no tienen personaje. Lo que quiero decir es que no hay nada más, son así.
(de ‘Frazaditas’)

Suena el teléfono. Deben ser las tres de la mañana. Atiendo.
–Hola –digo, mi originalidad es un himno.
Oigo el ladrido de un perro, alto, estridente, inflamado de indignación, un ladrido que parece decir ‘hijo de puta’, y también ‘te di los mejores años de mi vida’, un ladrido que manifiesta a viva voz que le fallé, que le mentí, que ha sufrido por mi exclusiva culpa.
Vuelvo a la cama. Merezco, sin duda, todo lo que me sucede. Pero no es normal.
(de ‘Culpable, culpable’)

Dice Cheever: ‘podemos enviar un hombre a la luna, pero no podemos curar la artritis’.
Aplausos.
(de ‘Gracias’)

Yo también, ahora que lo pienso, he sido un niño precoz. Con alguna peculiaridad que hace a intrínsecas características de mi persona. Tal vez algo sesgado a lo malo, a lo trágico, a lo perverso, atributos que suelen tener una negativa connotación, lo admito.
La crisis de los cuarenta la tuve a los once, for example.
(de ‘Precoz’)

La mujer más linda que conocí en mi vida, la veo por la calle, y es fea. La pizza más rica que probé una madrugada de invierno, la pizza que te hacía saltar un par de lágrimas de la más pura alegría, ya no me conmueve. La lluvia me moja y meto las patitas en el mar pero no, no funciona como debiera, como debiese.
Algo ha pasado, soy otro.
(de ‘No me peguen en el piso’)

Tengo la culpa católica, la angustia judía, el rencor acumulado de un negro, el sentimiento de falta de aceptación de un puto, el deseo de revancha de un gordo, de un enano, de un rengo. De un enano gordo rengo.
Estoy hecho mierda, ya lo sé.
(de ‘Soy así’)

Me gustaría que me quieras por lo que soy.
Pero lo sé, me conozco, no va a ser posible.
Así que lo mejor es que me digas cuánto es, qué te debo.
(de ‘Falso haiku’)

9 comentarios:

WOLF dijo...

Muy buena antología... Pero usted puede seguir brindando esa magia que tan bien maneja. Lo saludo con afecto

J. Hundred dijo...

*wolf! estimado, sí es un antología. pero no, no de cosas que haya publicado, sino de cosas que, bueno, no publiqué. como si le hubiera regalado diez en uno, como si le hubiera hecho precio, y usted se queja. porque yo, lo admito, escribo siempre lo mismo. pero no, repetirse es otra cosa. lo saludo con cautela.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

La felicidad es esquiva, salvo conformandose con lo que pase, con las pequeñas cosas, con eso de lo que sucede es por algo. La felicidad de los estupidos.

Y a lo mejor el amor viene y uno se ha convertido en un estupido o un ambicioso estúpido, en alguien incapaz de apreciarlo. ¿Alguien peor que un ambicioso? Un ambicioso estúpido.

Si los perros lograran hacerse entender, posiblemente harían algunos reclamos.

Detesto esa canción, dudo que alguna vez haya sabido el autor de que se trata la letra de una canción. Aunque creo que alguna vez cantó buenos covers.

Homero Simpson planteó algo parecido a lo de la luna.

LaLa dijo...

increíble atomización! con el café con leche, me alegraron el desayuno!
gracias
PD: tanto tiempo!

J. Hundred dijo...

*el demiurgo de hurlingham! que nos vaya bien a todos.

*lala! pero qué dice, perdida! se casó, tuvo hijos, se fue a vivir a villa pehuenia para dedicarse a la elaboración de mermeladas artesanales? usted sabe que yo siempre le guardo un desayuno. le mando un beso en la frente.

Mr. Kint dijo...

Hundred en pequeñas dosis, homeopático.
Genial lo de "Bienvenido, bienvenido amor".
Un abrazo para usted.

J. Hundred dijo...

*mr. kint! en alguna oportunidad, en situaciones que hacen a la vida privada de las personas, me tocó decir ‘a veces lo pequeño también es bello’. y pelé la poronga, quiero decir, lo que tenía en ese momento. lo abrazo con todas mis limitaciones.

Viejex dijo...

Me encantaron. Especialmente "Culpable, culpable" que me arrancó una risotada. Un abrazo, Hundred.

J. Hundred dijo...

*viejex! ha comprendido usted la situación, perfectamente. un abrazo.