30.1.15

Control remoto


–Cuando te digo que no es no, che –dije. 
Me incorporé un poco, en la cama. Me dieron ganas de fumar.
–Tenés que entender que uno también tiene quilombos –encendí un cigarrillo, pité–. Mi trabajo es mental, y eso es mucho peor que un trabajo físico. Porque descargar un camión repleto de ladrillos lo puede hacer cualquier retardado, pero estar pensando qué hacer con el dinero de otros. Hacer que ganen dinero, no fallar, exige agudeza y precisión, sagacidad. Hay mucho riesgo involucrado, es una presión enorme.
–A ver si lo entendés –me puse de pie, en calzoncillos, traté de meter un poco la panza para adentro–. Para que lo entiendas, no es un problema del hardware –me agarré, con una mano, la encogida poronga, los pesados huevos–. El problema es del software –me solté los huevos y me apunté, con un dedo índice, la sien derecha.
–Vos también sos tremenda –chisté, contrariado–. Sos muy egoísta, las cosas tienen que ser como vos querés, cuando vos querés. Yo no soy una poronga con rueditas. Soy un ser humano con todo lo que eso implica, con sus pasiones, sus anhelos. No puedo arrancar a control remoto. 
–Ehhh –dijo Miriam, se frotó los ojos con un antebrazo–. Estás hablando solo, Juan, me asustaste. Dormía.
Todos necesitamos rechazar, algo, cualquier cosa. No importa de qué manera se esté yendo, al mismísimo carajo, tu vida. Te hace sentir bien.

8 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

La ventaja de usar algo que rechazar para sentirse bien, es que una necesidad que puede satisfacerse facilmente. No faltan cosas que rechazar.

Alelí dijo...

Hoy arranqué la mañana puteándome con un compañerita del trabajo. Puede ser que se esté yendo todo bien al carajo y si, de ser así al menos que a los hijoputas les resulte un poco más dificil pisotearte.

Gratí no!

J. Hundred dijo...

*el demiurgo de hurlingham! esa es, justamente, la idea.

*alelí! con el respeto y el cariño que le tengo, con afecto y admiración, me tomé el trabajo de leer, dos veces, su comentario. y no veo casi punto de contacto entre mi pobrísimo texto desde ya, y lo que usted dice. quiero decir, quizás estamos saliendo a la distancia, quizás estamos pixeladamente desayunando juntos y usted me cuenta una cotidianeidad, algo de su fantástica vida. en cualquier caso, le mando un beso en la frente.

Alelí dijo...

tiene razón lo que quería decir es que mandé bien al carajo a una bípeda "dormida" (igual que en su relato) quiźas por la mera satisfacción de sentir que puse un límite pero la realidad es que dudo que sirva de algo.

se da cuenta, a veces pienso que soy clara pero pasa es justo lo contrario. Mi comentario de ayer como prueba.


J. Hundred dijo...

*alelí! las divas tienen derecho a tomarse ciertas atribuciones (como diría un amigo mío, que ya no es más mi amigo. pero no importa eso, lo que importa es la frase que decía mi amigo, porque la frase era bellísima. cuál era la frase? ah, sí, me distraje. la frase era: me estoy cogiendo encima). la saludo.

Alelí dijo...

Alta frase! La voy a citar. Otro dia me cuenta lo de su ex amigo me intriga.

Mr. Kint dijo...

Está muy bien, esos actos de neurosis son tan naturales como necesarios.
Rechazar es la base de la construcción de la autoestima le diría, algo fundamental.
Parafraseando a Rodolfo Zapata: "rechazar, rechazar, rechazar, es un concejo que yo le quiero dar".
Lo abrazo.

J. Hundred dijo...

*alelí! cuando usted lo disponga.

*mr. kint! usted me tira con el psicólogo de furgoneta que todos llevamos dentro. como dijo maud manonni: qué loco todo. lo abrazo psicopedagógicamente.