12.9.14

Viviending


Toda categorización es arbitraria, desde ya, el lenguaje es una limitada herramienta para comunicarnos, pero es lo que tenemos. Sería todavía más difícil si fuéramos ñandúes.
Están los que quieren, quieren algo, cualquier cosa, y no lo tienen. El deseo está ahí, brillante como un tomate, sin poder ser satisfecho. Es el grupo más numeroso de seres humanos, por razones obvias. Querer y no tener provoca un ejército de frustrados.
Después están lo que quieren, y tienen. Categoría atípica por cierto, lábil, inestable en su duración temporal. Los que tienen lo que quieren están llamados a descubrir que ahora que tienen, que tienen lo que querían, bueno, no es como ellos pensaban que era. Esa mujer, ese auto, ese puesto de trabajo que tanto anhelaste, ahora te asesina. El problema es tan angustiante como sofisticado, porque si tenés lo que querías tener, y descubrís que eso tampoco te satisface, bueno. La tristeza te puede tapar como un mar. Cómo hacer para seguir sin motivaciones, sin motivos.
También están los que tienen, tienen incluso aquello que no querían. Situación incómoda desde ya, cómo no sentirte mal. Te preguntás el por qué de las cosas, si la vida ha decidido ponerte a prueba. Es probable que no puedas disfrutar de lo que tenés, por el simple hecho que parece haber intervenido la pura casualidad, la suerte. Vas a querer escapar, de aquello que tenés y no quisiste tener, cambiar, ser otro, dedicarte a la espiritualidad o a la filantropía. Torcer tu destino.
Y están los que no quieren ni tienen. Seres bastante básicos por cierto, en un estado de curiosa animalidad, primitivos. Gente que se sube al colectivo, y si tarda cuarenta minutos el viaje está bien, si tarda cincuenta y cinco minutos, está bien también. Gente que va en verano a Mar del Plata y se acuesta bajo el sol junto a otro millón de personas y eso les parece normal. El mundial de fútbol es cada cuatro años, mientras tanto tenés la Copa Libertadores, la UEFA, la Champions. La Copa Virutita Gómez.
Ah, vos querés una moraleja, una semblanza. Bueno, no va a poder ser, yo no tengo moralejas, no soy La Fontaine, esto no es ‘la zorra y las uvas’. Después te venís grande, eso sí. Después te morís.

13 comentarios:

Juan Sebastián Olivieri dijo...

Extraordinario. La capacidad de síntesis. Todo.

...pensar que se escribieron y se siguen escribiendo ensayos, tratados de filosofía, psicología...

WOLF dijo...

Adhiero al comentario anterior...
Juan... Yo, con la mitad de su talento... estaría donde me encuentro ahora: Agradeciendo a alguien que me espabila la cabeza...

Serendipity dijo...

que suerte para nosotros que queremos leerte siempre y vos seguis motivado escribiendo!otra joyita para nuestra mente!

J. Hundred dijo...

*juan sebastián olivieri! a veces todavía puedo sentirlo, a veces todavía me pasa. entro a una librería, veo la cantidad de pelotudeces escritas. entonces casi puedo recordar, cuando quise escribir alguno que otro libro, y me sacaron a patadas de todos los lugares donde los iba presentando. nunca, jamás, que yo recuerde, nadie tuvo fe en mí. así que ya ve, usted me elogia, y al mismo tiempo me recuerda mi más rotundo fracaso. lo saludo, le agradezco.

*wolf! volví a leer su comentario, esperando detectar en el tono, en alguna pausa, el momento exacto en que se nota que me está gastando. pero no, parece que no, así que ahora no sé. lo saludo con una sonrisa, y detrás de la sonrisa otra sonrisa, una sonrisa desconfiada.

*serendipity! quizás yo la ayudo a usted, quizás usted me ayuda a mí. como coger, más o menos como coger, si me acepta la imprudente analogía. la saludo con respeto.

Yoni Bigud dijo...

Están -estamos- también los que no saben qué mierda quieren y no llevan bien la cuenta de lo que tienen. Los que se paran en la avenida de la vida, bien en el medio, y se dejan atropellar por un colectivo lleno, repleto, de esa gente que usted enumera con tanta delicadeza.
Y saben que se vienen grandes. Y que van a morir, también. Y se quedan despiertos a la madrugada, a las 2.36, porque saben que el mejor whisky es el próximo. Y se van a la cama borrachos, vacíos, y joden al prójimo, a la prójima, porque quieren coger. Todos queremos coger, no importa la hora o el ánimo.

Le envío un respetuoso y desesperado saludo.

J. Hundred dijo...

*yoni bigud! la lucidez, la desesperación, son condimentos demasiado poderosos. quiero decir que a uno se le va apenitas la mano, y es capaz de arruinar cualquier plato. otra vez, por si no me expresé con la debida claridad: tenga cuidado. lo abrazo con preocupación.

Nico dijo...

Juan, saber que hay alguien escribiendo las cosas que escribe usted, hace que me sienta eximido de toda responsabilidad para con el mundo. Gracias, de verdad.

Mr. Kint dijo...

Quisiera yo anotarme en el grupo de los que menciona Bigud. Casi siempre hay total certeza sobre a incertidumbre de lo que queremos, por lo general hay whisky, a veces hay prójimo/a, casi nunca devolución. Ah, ganas de coger nunca faltan.
Le mando un gran abrazo y un afectuoso saludo con la devoción de siempre. Una delicadeza lo suyo.

J. Hundred dijo...

*nico! permítame contarle lo siguiente, voy a ser breve, no quiero aburrirlo. a veces voy caminando por el centro, y de pronto me detengo. me doy vuelta en medio de la gente, y miro, hacia atrás, y hacia abajo. porque tengo la sensación, porque siento, que voy dejando un surco (en realidad dos) con las bolas. lo abrazo fellinianamente.

*mr. kint! no sabemos qué nos pasa, y eso es lo que nos pasa, dijo ortega y gasset, o creo que fue gary cahill (es un jugador del chelsea, el chiste era que fuera el número cuatro pero no hubo forma, no supe cómo averiguar quién juega de 4 en el chelsea. en cualquier caso son los chistes que me hacen gracia a mí, no tiene la menor importancia). lo abrazo envuelto en genuina estupefacción.

Unknown dijo...

Por aquí, por aquí.- gritó Hades Perez.- Cuando el cielo arde, el infierno siempre ofrece una esperanza.

Excelente lo suyo. Gracias.

J. Hundred dijo...

*lucía otero! be my guest. la saludo con curiosidad.

Viejex dijo...

Siga así y va a terminar haciéndose budista, Hundred.

Cuidese, y deje de maltratarse (me refiero a lo del comentario por su presunto fracaso editorial)

Anónimo dijo...

Muy fuerte y genial, Hundred. Un verdadero tratado de existencialismo express.

Gracias por tanto, una vez más