11.7.09

Tan tan, tararán

El cantante de rock me dice que está mal, no sabe qué pasa. Dice que compone cada vez mejor, sus temas han alcanzado una exquisita lírica, una dulce profundidad poética. Su banda está, finalmente, ensamblada. Tienen la potencia y la armonía, suenan como si se conocieran de toda la vida. Y hay virtuosismo, claro, son tipos con la destreza y la pericia, el dominio de los instrumentos, saben lo que hacen, cualquier banda querría un baterista como Martín, al bajista lo vinieron a buscar de afuera y le ofrecieron un contrato increíble, tocar por la costa este de los Estados Unidos como sesionista. Pero nadie viene a verlos. El público ralea, no demuestra interés, y ellos no logran firmar un contrato con una discográfica, transformarse en íconos de la juventud, que los chicos usen remeras con el nombre del grupo. No pasa nada.
–No sé –dice.
–Pelo –le digo, y apunto con un índice unos cinco centímetros por encima de su frente–. Te estás quedando pelado. Es triste, es malo, y además no tiene arreglo, si te pusieras un implante sería todavía peor. Tenés que entender que el rocanrol es más que nada salud capilar, un pelo fuerte. Hay lugar para un par de pelados puros también, pero como excepción, y nada más. Podrías pasarte al jazz, o poner una casa de venta de empanadas.

7 comentarios:

Yoni Bigud dijo...

Usted es genial. Ya lo dijo en su última reflexión, pero yo llegué tarde.

Me ocurrió algo que casi nunca me ocurre. Lo bueno es que tengo todos los pelos puestos.

Un saludo.

La condesa sangrienta dijo...

De la revista Pelo al suplemento de espectáculos de Clarín, sólo media un Schwanek.

Bugman dijo...

Es curioso. Nunca jamás se me ocurrió ser cantante de rock. Hasta ahora.
Qué crueldad la suya, don Hundred.

Alelí dijo...

Digamos que las alternativas que le ofreció a su amigo no se excluyen mutuamente. Se me ocurre una pizzería con una banda en vivo de Jazz o una banda de Jazz que con la entrada te regala media docena de carne cortada a cuchillo. Yo los iría a ver, por las empanadas, claro.

Besos cocineros!

J. Hundred dijo...

*yoni bigud! si le ocurrió algo que nunca le ocurre, y tiene todos los pelos puestos, tiene que haber sido algo bueno. ah, y nunca es tarde para decirme que soy genial (es que me dijeron tantas pero tantas veces que soy un repelotudo, que cualquier chuchería, que tengo una fantástica ceja derecha por ejemplo, que los cordones de mis zapatillas tienen el largo justo, cualquier nimiedad suma, para compensar). un saludo.

*la condesa sangrienta! como dijo el poeta finisecular, filósofo y amigo, paul maker: a veces la culpa no es de la fender, sino del mechón que no cae sobre la frente.

*bugman! yo creo que usted se hace el pelado, para despistar.

*alelí! dame media docena de empanadas y te canto la que quieras.

Anónimo dijo...

El rocanrol sin flequillo no tiene gusto a nada.
Adhiero.

Alelí dijo...

Le tomo la palabra! lo quiero escuchar cantar! y que sea Jazz.