25.8.05

Ciento cincuenta y tres mil maneras de ser inútil

Tal vez el único objetivo del trabajo sea afianzar la personalidad de aquel que lo practica. La monótona y sucesiva repetición de una actividad termina por hacer que un sujeto crea que existe, además de cumplir algún rol específico en el planeta que habita. Esta percepción es falsa, además de constituir la parte ‘feliz’ del asunto. Si el sujeto en cuestión en verdad hubiera sido puesto sobre la faz de la tierra para llevar a cabo lo que hace la mayor parte del día, debería matarse de inmediato. Por imbécil.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu sarcasmo a veces lacera o tal vez tengas razoón y el matarse pueda ser una buena opción frente a la percepción de la propia imbecilidad y de nuestra inutilidad absoluta.No se…
Me cuesta pensar que te sientas inútil y mas aun, no me resigno salvajemente a pensarme inutil. O seré la primera en saltar

Anónimo dijo...

estás hablando de mi?